Una creencia extendida entre los viandantes es que tan solo pueden ser sancionados los conductores, quedando impunes las infracciones que pueda llegar a realizar un peatón. La ley lo deja bien claro: si el peatón pone en peligro la seguridad del tráfico, este puede ser sancionado. Es más, un caminante que infrinja la ley poniendo en serias dificultades al resto de ciudadanos puede ser sometido a la prueba de alcoholemia o drogas, aplicándosele sanciones equiparables a las de un conductor en el caso de negarse a realizar dicha prueba y llegando hasta los 1.000 euros de multa en caso de dar positivo.

El repunte de atropellos registrados en la ciudad durante el mes de diciembre hizo saltar las alarmas en los poderes públicos, viéndose obligados a tomar decisiones para atajar la problemática que estaba afectando a viandantes y conductores ourensanos. Por primera vez, la Policía Local sancionaba por el mes de enero a peatones o bien por cruzar un paso de peatones en rojo, infracción considerada como grave y castigada con 200 euros, o bien atravesar una carretera sin paso de cebra o transitar por la calzada existiendo zona peatonal practicable, determinada como falta leve y punida con 80 euros.

La pregunta, después de seis meses operante esta campaña promovida por el Concello de Ourense, es si sancionar es la solución para controlar el número de atropellos en la ciudad. La decisión acarreó críticas de grupos políticos que defendían otras acciones más allá de las sanciones. como la instalación de pasos elevados, reducir la velocidad en algunas calles o mismo acompañar este tipo de medidas con campañas informativas y de concienciación de los viandantes ourensanos, que, hasta el momento, no se han promovido desde el Concello.

Muchos avisos, pocas multas

Flora Moure, concelleira de Seguridad Ciudadana, afirma que la medida tomada en enero dirigida a sancionar a los viandantes infractores fue un modo de advertir a los ciudadanos de lo que podría conllevar cruzar de forma indebida las calles en aras de reducir el dato de atropellos tan repuntado registrado en el mes de diciembre y, por ello, el número de multas que se han tramitado hasta el momento "es reducido, alrededor de diez o doce sanciones", siendo las advertencias de los agentes de Policía la medida más empleada.

Más allá de amedrentar a los ciudadanos con la imposición de sanciones económicas, diversas asociaciones proponen medidas y soluciones más pacifistas y centradas en mejorar la ciudad para facilitar la vida del peatón, no en lo contrario. "Stop accidentes" es una de ellas.

La ONG se define como una Asociación de Ayuda y Orientación a los Afectados por Accidentes de Tráfico. Su delegada en Galicia, Jeanne Picard, defiende que el sistema de multas "es preventivo, pero que se deben hacer campañas de concienciación y prevención, que son importantes".

Además, declara que otra solución pasa por "realizar un diseño urbano que impida a los viandantes cruzar las calles de forma indebida a través de barreras de algún tipo y obligue al peatón a ir al paso de cebra más cercano". El portavoz y colaborador de "Stop Accidentes" de Ourense, Benito Bouzada, apoya totalmente la peatonalización de la ciudad, ya que "es el futuro, ayuda a reducir la contaminación y a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos". El problema, afirma Bouzada, está en "la falta de voluntad y valentía por parte del Concello, que prefiere tratar antes el tema de la integración de la bicicleta". Él mismo asegura que es clave "concienciar al ciudadano y, sobre todo, a los comerciantes, ya que la peatonalización supondría un impacto económico positivo para Ourense, más allá de problemas".