Las altas temperaturas registradas en las últimas horas, con escasez de lluvias ya desde hace varias semanas, y la declaración de alerta amarilla por incendios, se dieron de la mano ayer en el primer incendio importante que se produjo en Santa Cruz de Lobeira.
El fuego comenzó en torno a las 6.30 horas, de la tarde de ayer supuestamente en la zona próxima a la carretera (como aparece en la fotografía superior) que hubo que cortar al tráfico, ya la configuración escarpada de la zona aledaña y que se fue extendiendo con rapidez y se acercó a unos cien metros de las casas. La propia orografía del terreno, dificultó también el acceso a la zona de las brigadas.
Participaron en las labores de extinción dos helicópteros del Brif de Laza el helicóptero de Toén y el del Xurés así como cuatro motobombas y un número no determinado de brigadas de tierra.
Según fuentes próximas a los servicios de extinción, el fuego afectó a unas veinte hectáreas de monte raso y bosque autóctono y pino y al cierre de esta edición estaba estabilizado, que no extinguido y se mantenían las labores de control de la zona, pese a que no fue necesario desalojar a los vecinos que permanecieron en sus casas.
Las labores de extinción se vieron complicadas también desde el aire al atravesar la zona cables de alta tensión que complicaban la labor de los medios aéreos obligando según fuentes vecinales, a realizar el vaciado de agua en algunas zonas en puntos alejados del incendio para no acercarse al cableado.
Pese a que está por determinar el origen del incendio y este se encuadra dentro de las condiciones adversas de un fin de semana marcado por a máxima alerta, al darse las al presentarse las condicionantes la sequedad del suelo y las altas temperaturas que suelen facilitar este tipo de fuegos foréstales, fuentes vecinales indicaban ayer que el hecho de que se haya producido el primer foco del incendio al lado de una carretera, y desde hay se haya propagado a través de una configuración n ladera, que es la que complicó el acceso de las brigadas y las labores de extinción, hacen sospechar que podría tratarse de de un fuego provocado.
