Bajo un sol de justicia y una temperatura más que calurosa los vecinos de Queiroás da Igrexa, en Allariz, se afanaban ayer con sus "fouces" en la siega del centeno como si se tratase de una mañana de hace mas de cuarenta años.

La tradición explica que la fecha ideal para esta labor es un día de sol cercano al 25 de julio y así lo llevan haciendo durante más de quince años en el concello alaricano cuando decidieron incorporar "a seitura", a la fiesta etnográfica del Ciclo do Pan que iniciaran en 1995, y que cuenta con otros tres pasos antes de poder degustar con su sabor más natural este alimento básico en nuestra dieta: "malla", "moenda" y "fornada".

"La participación aumenta cada año, y especialmente desde hace dos, cuando se produjo un giro en la fiesta para reforzar su parte etnográfica e histórica", explicaba Cristina Cid, concelleira de Turismo de la localidad.

"Ahora, la implicación de los vecinos es mucho mayor y eso se nota en el número de segadores", indicaba Cid. Además, de en las actividades asociadas con esta labor como la recuperación de comidas que se consumían antaño como las sopas de ajo. Detalles que consiguen que la fiesta cada vez tenga mayor "rigor histórico", defendía la concejal.

Una celebración que goza de muy buena salud, pues los jóvenes de Queiroás van poco a poco tomando el relevo de sus mayores en el arte de la "fouce". "Los segadores que fueron a Castilla están dejando de participar pero las nuevas generaciones han asumido la fiesta como propia y aprendido la técnica", explicaba la edil.

Otras razones son las que han puesto en peligro la fiesta este año. La parcela destinada para la tarea fue arrasada por el jabalí y fue un vecino el que ofreció su finca para que finalmente, cuando termine el ciclo el próximo mes de agosto, haya pan.