Un horizonte más despejado es el que se vislumbra sobre el camping municipal de Untes, después de que el Concello procediese a incoar el correspondiente expediente para dotarlo de una nueva concesión -una vez certificada la extinción de la sociedad Aspanas Termal-, una vez resuelto y rescindido el contrato con la anterior adjudicataria. Las instalaciones llevan cerradas más de ocho meses.
Fue uno de los asuntos que abordó la junta de gobierno local en su reunión de ayer, fuera del orden del día, y que para el alcalde, Jesús Vázquez, supone avanzar para conseguir el objetivo que se habían marcado el gobierno municipal desde su llegada, que pasa por la apertura de las instalaciones, que espera puede demorarse lo menos posible, aunque advierte que se debe cumplir todo el proceso administrativo.
Lo que dejaba claro en su comparecencia posterior a la reunión de la Junta de gobierno es que es "totalmente inviable" pueda estar en funcionamiento durante el período estival, tanto por los plazos que marca el propio concurso, con el pliego de condiciones para la nueva adjudicación, como las actuaciones que se deben llevar a cabo en su interior, como sucede con la limpieza de maleza y en las propias instalaciones.
Sostiene Vázquez que "la gente no entiende que este cerrado un camping como el de Untes", cercano a los enclaves termales, como el de Outariz, pero explica que todo es consecuencia de los problemas derivados con la extinción de la sociedad Aspanas Termal que entró en concurso de acreedores, lo llevó consigo al cierre de las instalaciones hasta que no se ponga en marcha el nuevo concurso de adjudicación, y una nueva empresa pase a gestionar esas instalaciones.
Sucesión de problemas
El camping municipal de Untes, ya desde su inició, incluso antes de su inauguración formal en 2010, estuvo marcado por la polémica. Y aunque en un principio se había presentado con una de las infraestructuras necesarias para completar la oferta turística de la ciudad, su devenir no cumplió el objetivo.
Así, una vez que se había conseguido encontrar una empresa para la gestión de esas instalaciones municipales, que habían permanecido cerradas después de que se finalizasen las obras, que se ejecutaron con fondos europeos, ahora vuelve a su misma situación.
Depués de que Aspanas Termal entrase en concurso de acreedores y el camping cesase la actividad, los problemas volvían al Concello, y que esperan puedan resolverse a través de una nuevo concurso para la gestión de las instalaciones, como así lo anunció ayer el alcalde.
Pero todo hace indicar que por el camino habrá que resolver otros problemas que el del concurso, y que están relacionadas con la situación urbanística de la ciudad: un plan de 2003 anulado por el Tribunal Supremos, y con un nuevo planeamiento aprobado inicialmente, pero que no es vinculante, el proceso deberá estar marcado por el plan de 1986 que es el que se encuentra en vigor, con la excepciones de una treintena de zonas que forman parte de la ordenación provisional que aprobó la Xunta para evitar la "paralización total". Lo que tiene claro el regidor es que "tenemos que darle una solución lo más rápida posible".
