Más de 900 alumnos pasaron durante el curso2015/2016, por el Gabinete Pedagógico del campus de Ourense, una cifra que, a espera de los datos de julio, podría superar el millar de consultas realizadas, lo que demuestra que la repuesta a este servicio "es muy positiva", explican Isabel Ferreiro y Concepción Cochón, las dos responsables de este servicio universitario. A ello se suman las siete acciones formativas realizadas en las que participaron 330 alumnos.

Explican que el tipo de peticiones que atienden es muy diverso, desde problemas de relación con el entorno que afectan a la vida académica del estudiante, hasta la falta de motivación o carencias en técnicas de estudio y planificación.

Les llama la atención el incremento de consultas relacionadas con "estudiantes que tienen problemas por haber sufrido acoso escolar antes de entrar en la universidad". Por este motivo y al margen del asesoramiento psicológico y psicológico individual van a intentar realizar el próximo curso un taller específico sobre acoso.

Ante este incremento, indican que además de continuar ofreciéndole asesoramiento psicológico y psicopedagógico individual a las personas que lo demanden por esta cuestión, intentarán el próximo curso realizar un curso específico en este campo.

No hay un perfil claro de demandantes en este gabinete psicopedagógico, y cambia según la época del año, así es habitual según las responsables del servicio que a principio de curso la mayoría de las demandas sean sobre técnicas de estudio, y de orientación académica, cuando están finalizando el curso.

Uno de los aspectos detectados en las consultas de este curso académico, comenta Isabel Ferreiro, "es que la tradicional atención psicológica o psicopedagógica se está sustituyendo cada vez más por procesos de entrenamiento personal; decir voy al psicólogo parece que echa para atrás al alumnado, pero en cambio ir a una sesión de "coaching" les resulta atractivo", indica la psicopedagoga.

Los alumnos que recurren a este gabinete pasaron por un entrenamiento personal, que consisten en seis o siete sesiones individuales, en las que se trabaja un aspecto que el usuario quiere mejorar o alguna problemática.

El proceso se completa con preguntas de la psicopedagoga, que tienen como objetivo que sea el propio afectado el que elabore su propia solución al problema que le preocupa. Explican que "entre las cuestiones más abordadas en estas sesiones están aspectos como la motivación, las creencias limitadoras, la autoestima y el enfoque del futuro profesional". Lo dicho, ser joven y estudiante también es motivo de estrés.