Corre la mañana de un día de julio y son las fiestas de Ourense. ¿Qué mejor momento para aprovechar la oferta termal de la provincia? Pasando el emblemático monumento de As Burgas, hacemos escala en la piscina de aguas calientes de 200 metros cuadrados que lleva el mismo nombre.

Esta se inauguró en el año 2010 y se llena gracias a una surgencia (movimientos ascendentes que permiten que las corrientes de los niveles subsuperficiales lleguen a la superficie) de agua mineromedicinal que mana más de 300 litros de agua por minuto a unos 67ºC.

En el recinto, se escuchan pocas voces, la gente se relaja disfrutando del momento, ya sea mojándose o o únicamente dándose un baño de sol en las terrazas.

Y digo "pocas voces" porque lo que sí suena es la música del Enofestival, que se celebra en el bulevar situado justo encima y que hace la función de altavoz de una radio musical como si de una piscina de aguas frías estuviésemos hablando.

Y, a todo esto, ¿qué razón nos lleva a ir a este lugar? ¿Está bien promocionado el termalismo en 'Ourense, la ciudad termal'?

Personas de diferentes lugares de España se mezclan en los 37ºC de la céntrica estación termal y, por ahora, sin pagar un solo euro. Todos ellos concuerdan en que el motivo por el que están ahí es la relajación y el cuidado de la piel.

Los ourensanos no centran tanto sus preocupaciones en la falta de promoción de la oferta termal de la provincia como sí en el cuidado de otros aspectos como la temperatura del agua o la falta de atención a las pozas do Muíño da Veiga.

Sin embargo, para los turistas, es evidente que se necesita "vender más"el patrimonio de aguas minero-medicinales que tenemos la suerte de disfrutar en Ourense. Muchos de ellos no sabían que en nuestra provincia disponíamos de diferentes instalaciones de uso público o privado para disfrutar de un merecido descanso, sobre todo, en estas privilegiadas fechas.

Y ya toca hacer silencio, que queremos que Ourense siga siendo eso, un lugar para relajarse.