El Obispado de Ourense intenta poner en marcha un sínodo diocesano, un siglo después de que se realizara el último, en el año 1908, por iniciativa del titular de esta sede eclesiástica, Leonardo Lemos Montanet. Tendrá una duración de cuatro o cinco años. En el primero, iniciado el día 23 de abril, se está desarrollando la difusión y el lanzamiento, "para animar a la gente a que participe en el mismo y pueda realizar propuestas sobre las materias que deben abordarse", explica el vicario de Pastoral, Francisco Pernas de Dios.
El Obispado de Ourense ha constituido el Consejo de Pastoral Diocesano, formado por sacerdotes, personas de la vida consagrada y laicos, que tienen la misión de ayudar al prelado en la proyección de todas las tareas diocesanas. Una de las funciones que tiene es la programación del curso pastoral. Su acción prioritaria es "la puesta en marcha del sínodo diocesano, para revisar la marcha de la diócesis, realizar reestructuraciones y revitalizar la fe".
El santuario de Os Milagros acogió las jornadas número veinte de elaboración de la programación diocesana, que tuvo como tema central la realización del sínodo diocesano, que se desarrollará en las parroquias, movimientos, asociaciones e instituciones religiosas, mediante una acción coordinada por la secretaría general de sínodo, bajo la dirección del obispo.
Francisco Pernas de Dios explica que las principales prioridades del sínodo son "hacer un estudio de la realidad de la diócesis", para conocer cómo está la Iglesia de Ourense, y "consultar los temas que se van abordar, para analizar las problemáticas que ve la gente en la Iglesia diocesana y estudiar cómo se pueden resolver".
Hasta final de año, el sínodo nombrará las comisiones de las personas que elaborarán las materias de trabajo y elegirán los temas, para desarrollarlos en años sucesivos.
Con el desarrollo del sínodo, el Obispado pretende "poner en marcha a todos los agentes de pastoral de la diócesis, para que todos nos impliquemos más en la vida de la Iglesia, porque la Iglesia no la formamos solo los curas y el obispo, sino que está integrada por todos los fieles de la comunidad cristiana, cada uno con la responsabilidad que tiene", agrega Francisco Pernas.
El vicario de Pastoral explica que el abanico de posibilidades es muy amplio. "Se puede tomar conciencia de cosas que están olvidadas, que se pueden retomar; se puede estudiar la redistribución del clero y de los agentes de pastoral, realizar una organización más racional del trabajo en la diócesis y cómo poner en marcha las catequesis", detalla.
