La juez de Instrucción Número 1 de O Carballiño tomó declaración ayer a varios testigos para medir la credibilidad de la denuncia de un particular que acusa al alcalde carballinés, Francisco Fumega (PSdeG-PSOE), de supuestas coacciones porque, según su versión, lo presionó para que aceptara una herencia como condición de que su taller de chapa y pintura pudiera contar con una licencia. Una acusación que el regidor negó tras la presentación de la denuncia, defendiendo que obró en todo momento según la legalidad. "Es un taller que carece de licencia y se precintó siguiendo los informes favorables de los técnicos", dijo a este periódico el alcalde entonces, rechazando coacción alguna.

A la espera de que el denunciante preste declaración para ratificarse o puntualizar sus manifestaciones, y sin que la juez haya decidido todavía si llama a declarar al regidor, la acusación particular ya ha dado un primer paso. Ayer aportó en el juzgado tres cedés con grabaciones de conversaciones entre el particular y el alcalde. Se trataría de audios captados en secreto que la parte propone como prueba.

Ayer se practicaron las primeras diligencias de este caso, registrado por el vecino como una denuncia el pasado 1 de junio y admitido a trámite unos días después. Ayer por la mañana prestaron declaración en calidad de testigos dos trabajadores del Concello de O Carballiño, así como el padre, ,las hermanas del particular y un hombre que supuestamente estaba presente en una conversación entre el denunciante y el munícipe. El particular dará la explicación de los hechos denunciados en el mes de septiembre, según fuentes del procedimiento. En su escrito, hace referencia a varios documentos que ilustran los hechos denunciados y pide el interrogatorio del regidor.

El conflicto, un taller sin licencia

Según el escrito de denuncia del particular, en 2014, los herederos de una comunidad hereditaria denunciaron al Concello que el padre del denunciante y la empresa carecía de permisos para ejercer la actividad. En noviembre, los primeros, familiares en litigio por no estar de acuerdo con la partición, presentaron denuncia contra el progenitor para que reconociera los hechos y partiera la herencia.

La chapistería cambió de titularidad con la jubilación del padre y el ayuntamiento, aún gobernado por el PP, dio licencia de acometida a la red de saneamiento y autorizó ese traspaso. Los parientes reiteraron al concello que negara la licencia. Tras el cambio de color político, en junio de 2015 el particular asegura que el alcalde lo citó en su despacho para que, supuestamente, arreglara la herencia.

Delante de una de sus hermanas le habría dicho verbalmente que ya no tenían licencia. Según dice, en julio, Fumega volvió a comunicárselo tras explicar que lo estaban presionando para que cerrara el taller. En esa conversación, según el vecino, estaba presente un testigo. En noviembre, habría habido una tercera reunión a instancias del regidor.

En enero de este año "todo cambia y se acelera", dice el particular, hasta el precinto del taller por parte de la Policía Local por carecer de licencia. Según el particular pidió permiso de actividad pero no se la han concedido, pese a varias reuniones con el alcalde en los que supuestamente siempre le repetía que "primero tenía que arreglar lo de la herencia si quería la licencia", de modo que influyera en su padre. En mayo, la Policía Local precintó la cabina de pintura.

El particular pide una fianza de 30.000 euros, quejándose de daños morales y el quebranto económico a la actividad de su taller.