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Los vinos dulces superan con nota la prueba de los catadores

El sumiller Luis Paadín organizó en el Parque Náutico de Castrelo de Miño la primera cata de vinificaciones con uvas autóctonas

La cata se celebró ayer en el Parque Náutico de Castrelo. // FdV

El Parque Náutico de Castrelo de Miño acogió ayer la primera cata de vinos dulces elaborados con variedades autóctonas gallegas en la que se sometieron a valoración de un panel de 13 catadores una veintena de muestras de blancos y tintos dulces, semisecos, botrytis noble, kabinett o pasificaciones. La iniciativa, organizada por el sumiller Luis Paadín con la colaboración de la revista "Cepas y Vinos" y el concello anfitrión, dejó como balance que existe potencial en Galicia para desarrollar este tipo de vinos y abrir mercado. Paadín asegura que hay vinos "francamente espectaculares" y se refiere al territorio gallego como un escenario único para su producción por la acidez y el aroma de la uva.

Los catadores, entre los que se encontraban los directores técnicos de los consejos reguladores gallegos y otros como Rioja o Bierzo y reconocidos sumilleres, probaron vinos tostados, de vendimias serodias, criocongelaciones, botrytis y sobremaduraciones, entre otras vinificaciones especiales, procedentes de variedades como albariño, treixadura, godello, branco lexítimo, moscatel de grao miudo, mencía, sousón, caíño longo y caíño redondo.

Paadín señala que no se había hecho antes una cata de estas características porque solo se comercializan una veintena y la diversidad es algo reciente. La mayoría, señala, "no están amparados por la Denominación de Origen, por lo tanto no habían despertado interés". De ahí que optase por reunir en una cata a los directores técnicos de los consejos reguladores para concretar hasta qué punto existe calidad en la elaboración de dulces. "Sabemos que tenemos tostados amparados en la D.O. Valdeorras y Ribeiro y queríamos ver otro tipo de vinificaciones", apunta Paadín. La organización ve un largo recorrido para estos vinos y recuerda que existe tradición en Galicia desde los citados tostados hasta mistelas, pasando por vendimias tardías y vinos fortificados.

La variedad y calidad de los vinos dulces de Galicia residen en unos suelos y climas diversos, pero con clara influencia atlántica. Unas variedades autóctonas muy aromáticas, con gruesos hollejos y alta acidez. Esta cata supone el punto de partida para empezar a describir estos vinos que se elaboran en pequeñas producciones, pero de los que cada año hay mayor diversidad.

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