Félix González viajaba en el asiento trasero derecho. El coche adelantó a un autobús en la autovía A-52 y sufrió una salida de vía y un impacto brutal, cerca de Ribadavia. Dos de sus mejores amigos perdieron la vida en aquel siniestro, registrado en 2005. Félix, que tenía 21 años, sufrió una lesión medular y se quedó en una silla de ruedas. Pero sobrevivió y ahora es un ejemplo vivo para los conductores que acuden a los centros de reeducación de Ourense para recuperar puntos del carné. "Ponerme el cinturón me salvó la vida. Tiempo antes de tener accidente me paré a pensar en la importancia de llevarlo también las plazas traseras. Un día me dije que era absurdo no llevarlo. No sabía que iba a tener un accidente, pero al hacer lo correcto, esa pequeña gran cosa me salvó. No salvé mi vida el día del accidente, sino el día que concluí que el cinturón era importante".
Su historia es su mejor lección. Y aunque el recuerde perdure, Félix quiere que su propio aprendizaje sirva de ejemplo para aquellos que pueden ser precavidos. "Es imposible olvidar lo que pasó, pero en cierta medida tiene su punto positivo para mí. Si participo en estos cursos es porque creo que un accidente como el que me pasó no se debe repetir. No pretendo que la vida de estas personas se salve al día siguiente del curso, sino como consecuencia de reflexionar más sobre qué conductas seguir para no tener accidente o a concienciarse del uso de sistemas de seguridad. Mi responsabilidad me salvó la vida y pretendo que a otras personas también. Me motiva que otros reflexionen".
A sus 32 años, Félix González, vecino del concello ourensano de A Bola, también colabora con la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico P(A)T y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme). El sábado impartió una hora a infractores que quieren recuperar puntos, en el centro situado en la Avenida de la Universidad, en el barrio de Mariñamansa. También acude a los de Verín y Monforte. "Como conductor y como persona que sufrió un accidente de tráfico procuro que las personas atribuyan una mayor importancia a su actitud en la carretera, tanto al volante como peatones. El objetivo es ser más maduros vialmente, pero no sólo, sino dar más importancia a la seguridad".
400 alumnos en un año
Según Félix, "los conductores que vienen al curso pasan por varias fases y experimentan una evolución. Muchos llegan quejándose de la carretera o del interés recaudatorio de Tráfico, pero no ven su propia parte de culpa, no inciden en ella. Algunos se dan cuenta de que los errores en la carretera se pueden pagar caro". "A medida que halo con ellos noto que les hace pensar sobre cómo conducen. Contar mi experiencia sí les hace reflexionar. Llega un momento en que se paran a escuchar con mucho interés; prestan atención y quieren mejorar".
Manuel Martínez dirige el centro de recuperación de puntos de Ourense. Más de 400 conductores, calcula, se reeducan en los cursos de recuperación parcial -que dura 12 horas, cuesta 210,19 euros y da derecho a 6 créditos- y total. En el último, que se imparte en 24 horas y vale 395,68 euros, se inscriben aquellos con una retirada de permiso inferior a 2 años por sentencia, o que han agotado todo el saldo de puntos y, por lo tanto, la vigencia.
Los formadores, trabajadores de autoescuelas de la provincia, imparten 16 temas, sobre aspectos como la concienciación, sensibilización y reeducación vial, la toma de decisiones, la conducción preventiva, cómo actuar en caso de accidente o los factores de riesgo, la edad, el alcohol y la velocidad. Además de Félix González, como víctima, en el curso de recuperación total también participa un psicólogo.
El único perfil claro, hombres. "De cada 500 puede haber 1 o 2 mujeres", destaca el director. Velocidad, alcohol, móvil, cinturón y "últimamente también los positivos en drogas" son las infracciones más frecuentes. "Desde 2009 hasta ahora, la afluencia de alumnos se fue incrementado. Influyó la penalización del alcohol y el aumento de controles, como está influyendo ahora la subida de positivos en drogas".
