El bodeguero de Vilanova Luciano Núñez Villanueva y otros tres gallegos detenidos eran los presuntos cabecillas de la red de tráfico de drogas vinculada al alijo de casi media tonelada de cocaína interceptado la semana pasada en un contenedor en el puerto de Algeciras en el marco de la Operación Bodeguilla-Tamara, que se saldó con nueve detenidos y un total de 15 registros en Galicia y en otras provincias.

Las pesquisas que permitieron abortar la entrada de la droga en Europa corrieron a cargo del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil y el grupo Greco-Galicia de la Policía Nacional, que investigaban por separado a Luciano Núñez, hasta que, en un momento dado, ambas operaciones se cruzaron. El contenedor procedía de Brasil y la droga, según los investigadores, de Colombia. Llegó al puerto gaditano dentro de bolsas de deporte y oculta en un cargamento legal de muslos de pollo. Es lo que se conoce como "gancho ciego", un método que pretende evadir los controles aduaneros utilizando depósitos de mercancía legal para esconder la droga. Una vez en tierra, un miembro de la organización adultera los precintos para sacar la sustancia ilegal de los contenedores.

Además de Luciano Núñez, que ya fuera condenado a 13 años y cuatro meses de prisión por tráfico de drogas y contrabando en el marco de la Operación Nécora por formar parte de un grupo vinculado a los Charlines, los investigadores también otorgan el rol de cabecillas a los otros tres gallegos arrestados. Entre ellos, R.J.D.F., empresario de Vigo, y el ourensano José Castro Lamas, que está pendiente de juicio tras ser detenido en 2010 en el marco de la Operación Manzanas Blancas, en la que se intervinieron 3.600 kilos de cocaína en dos contenedores -en Buenos Aires y Brasil- y se desarticuló una de las mayores organizaciones de tráfico de drogas a gran escala entre Sudamérica y España, que utilizaba el puerto de Vigo como una de sus principales vías de entrada. El juicio está previsto para noviembre y la Fiscalía pide para él una importante condena de cárcel.

Entre los nueve detenidos se encuentran también dos colombianos, padre e hijos afincados en Madrid, que prestaron declaración en el Juzgado de Instrucción número 1 de Vilagarcía hace unos días. Eran, presuntamente, los que aportaban la mercancía, que se iba a distribuir desde Madrid al resto del continente. Porque la red contaba con ramificaciones para hacer llegar la droga a otros países de Europa. Fue en Andalucía donde se desarrolló el grueso de la Operación Bodeguilla. Allí fueron arrestadas un total de cinco personas, entre ellos uno de los gallegos. Eran empresarios que iban a participar en la recepción del alijo, pero Policía Nacional y Guardia Civil ya les seguían la pista. Porque, tras averiguar la existencia del contenedor con droga, establecieron un dispositivo de seguimiento sobre la ruta del buque que lo transportaba. A todos los detenidos se les imputa un delito contra la salud pública. Luciano Núñez y, al menos, otros cuatro investigados están ya en prisión.

El nombre de la operación policial, Bodeguilla, alude a la que fue, durante un tiempo, actividad profesional de Luciano Núñez, que ahora tiene 70 años de edad. Regentó una bodega de albariño, pero terminó vendiéndola tras declararse en quiebra y solicitar el concurso de acreedores voluntario. A finales de 2012 sufrió un violento robo con torturas en su casa de Tremoedo en el que los ladrones llegaron a prenderle fuego causándole heridas en diversas partes del cuerpo, incluidos los testículos. Núñez Villanueva manifestó entonces a FARO que los hechos nada tenían que ver con su vinculación con las drogas.