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El origen de la ciudad de Ourense

José María Eguileta recopila en "Dende Auria" setenta artículos publicados en FARO sobre arqueología, antropología e historia

Manuel Baltar y el arqueólogo José María Eguileta Franco, con el libro "Dende Auria". // Iñaki Osorio

José María Eguileta Franco da la respuesta en el volumen "Dende Auria. Reflexións sobre Arqueoloxía e Historia" sobre los orígenes de la ciudad de Ourense, partiendo de toda la documentación que ha llegado a sus manos, además del concepto de ciudad. "No hay un Ourense solo, hay muchos, que se van superponiendo, unos encima de otros, a lo largo de los siglos".

Uno de los hitos más importantes es el nacimiento de la ciudad. "Hemos comprobado que Ourense es mucho más que As Burgas, porque abarca hasta el Posío, hasta el Pompeo, el Museo Arqueológico y la praza da Madalena", destaca el arqueólogo municipal. El segundo, el potencial que ha tenido el siglo I después de Cristo en la ciudad, que abarca todos los extremos del casco urbano citados, en los que se encontraron restos arqueológicos de esa época. El tercero, el descubrimiento de As Burgas, "no solo como agua caliente, sino como agua sagrada, con un dios propio: Revve Anabaraego".

En las últimas décadas, los arqueólogos han comprobado que la ciudad de Ourense ha ido ganando importancia, peldaño a peldaño, cada vez que se realizaban excavaciones en el casco vello. "Al principio se hablaba de un caserío junto a las Burgas, pero las excavaciones realizadas demuestran que tenía mucha más importancia. La ciudad romana de Ourense es mucho más del doble de lo que podíamos imaginar", por los restos encontrados, a pesar de que se han perdido todas las edificaciones que había en torno al puente romano, debido al levantamiento de otras estructuras en siglos posteriores.

El nacimiento de la ciudad de Ourense se debe a varias causas. La primera, "la existencia de la hoya ourensana, esta depresión, que es un nudo de comunicaciones. Luego está el manantial de As Burgas. El puente, para salvar la barrera del cauce del río Miño", como eje central de ese nudo de comunicaciones. "Cuenta con un puente, que es casi rosa de los vientos de muchas vías romanas, que concluyen aquí".

Hubo otras circunstancias que propiciaron el crecimiento de la ciudad de Ourense, como encontrarse en una zona abrigada, protegida por el Monte Alegre, al lado de los manantiales, que "no son solo de agua caliente, sino que también son sagrados, donde mora el dios Revve Anabaraego, como elemento de cohesión de la ciudad romana que está naciendo". Y luego estaba el valle del Barbaña, que era "mucho más idílico del estado que presenta en la actualidad, que se encuentra muy deteriorado por la presión urbanística".

El libro "Dende Auria" también cuenta con un apartado en el que José María Eguileta Franco le rinde homenaje a sus grandes maestros, que fueron Florentino López Cuevillas, que no llegó a conocer personalmente, por lo que tuvo que descubrirlo a través de sus escritos y testimonios de otras personas, como su hija, Elvira Cuevillas, y Xaquín Lorenzo Fernández, Xocas, que lo tuvo como profesor.

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