Con motivo de la apertura de la calle Francisco Llorens, que conectará la Avenida Pardo de Celda con el nuevo edificio judicial, ediles de Ourense en Común visitaron el lugar con una ciudadana en silla de ruedas, detectando la discriminación que el itinerario trazado suponen para personas con problemas de movilidad. Este acceso, que fue demandado especialmente para los peatones, sitúa en el centro al vehículo motorizado, manifestando deficiencias de diseño para el tránsito peatonal, derivados de la falta de integración de la accesibilidad en el proyecto, con barreras arquitectónicas.
La estrechez y la falta de rebajes en las aceras, implica que una usuaria en silla de ruedas, tenga que modificar su recorrido natural, incluso dar un rodeo para poder transitar por la calle, sin que existan señales ni paneles informativos.