Este año se cumple el vigésimo aniversario de la aprobación del Plan Especial de Reforma Interior del Casco Vello de Ourense (PERI), la primera y más firme apuesta de una administración local por cambiar de cara una franja del mapa urbano en el que reside solo el 10,5 por ciento de la población total de la ciudad, y que ocupa apenas el 12,5% de la superficie total del casco urbano, pero que supone el legado histórico más valioso de la capital.

Cuatro lustros después, este barrio con un 63,5% casas deshabitadas ha conseguido que los distintos planes que han llevado a cabo más de media docena de alcaldes diferentes y sobre todo, la ayuda del Plan Urban, permitiera rehabilitar más de 1.200 viviendas (no edificios), datos que ni el propio concello se atreve a dar de forma fehaciente. Y empieza a producirse un cambio, que es el de la regeneración demográfica.

"Aquella población más mayor fue desapareciendo y ahora con la rehabilitación de viviendas, muchas de ellas de diseño y por tanto con precios de alquiler medio alto, se ha conseguido que junto con los residentes de toda la vida, hayan empezado a llegar nuevos profesionales, abogados, profesores, o familias enteras que quieren vivir aquí donde hay además muchos colegios próximos", explica Carlos Rodríguez.

Este diplomado de Ciencias de la Educación y vocal de la asociación vecinal del barrio, es uno de los motores y símbolos del cambio en el casco viejo de Ourense, pues a sus dotes como diseñador por los que ha llegado a ser premio María Casares y escaparatista, se une la función de su tienda, que es también lugar de encuentro de los que buscan una oferta distinta en el mundo del juguete adaptado a todo tipo de niños y problemáticas.

Apoyo institucional

Pero si bien es uno de los vecinos jóvenes y optimistas que vive y trabaja en un barrio desde el que como comerciante coopera en la organización de todo tipo de eventos culturales y artísticos que lo dinamicen considera, al igual que el resto de vecinos comerciantes, que falta agilidad y más apoyo institucional.

El barrio "no está decadente" , afirma y el casco viejo quiere seguir creciendo, pero hay todavía decenas de viviendas con grúas congeladas en el horizonte desde hace más de diez años sin que se llegue a construir en ese solar, o casas apuntaladas en más de una docena de puntos fundamentales del barrio histórico que tras la situación de ruina no han conseguido convertirse en viviendas habitadas.

El concejal de Urbanismo José Cudeiro afirma que a este plan de veinte años de historia, que tuvo con los 1.600 millones del Plan Urban, agotado en 2008, una de la mayores fuentes de financiación, se la va a dar ahora un gran cambio el que permita hacerlo operativo, darle mayor agilidad y que lo que soñó el PERI sobre el papel en 1996, se materialice definitivamente.