GALERÍA | Un rescate al filo de lo imposible en Lobios. // Brais Lorenzo

La Guardia Civil emprendía ayer, con optimismo, la cuarta jornada consecutiva intentando rescatar el cadáver del barranquista portugués de 38 años, que el sábado quedó atrapado en una hendidura de la cascada A Corga da Fecha, una espectacular caída fluvial con 350 metros de desnivel, situada en el corazón del parque natural del Xurés, en el concello ourensano de Lobios. Pero los elementos volvieron a imposibilitar la labor de los especialistas del Equipo de Rescate e Intervención de Montaña (EIREM).

La lluvia hizo crecer el caudal casi un metro y el nivel del agua frustró la estrategia: achicar la corriente, aguas arriba, con bombas trasladadas por el helicóptero; y atacar a la vez la caída con escudos y puntales a modo de parapeto. Los montañeros del instituto armado, que acumulan decenas de horas de trabajo esta semana, no se rinden. Convencidos de las opciones de éxito del plan de rescate, hoy retoman el operativo. Será ya el quinto día de un denodado esfuerzo que incluye también a los profesionales del GES de Lobios.

El reto es desatascar el cuerpo del barranquista, encajado en la grieta y presionado por el afluente del río Caldo, que tiene un caudal alimentado por las lluvias, la posible razón que arrastró el sábado a última hora al fallecido y a uno de sus tres compañeros -pudo ser rescatado por el resto- en la ruta de descenso de la Corga da Fecha. Ocho integrantes del EIREM, de las bases de Trives y Cangas de Onís, fueron conscientes ayer, ya por la mañana, de que el nivel de agua en la catarata era un obstáculo, pese a que primera hora preveían que, en una alta probabilidad, la recuperación del cuerpo sería factible en la jornada.

7.000 litros de agua por minuto

Tal y como estaba previsto, el helicóptero de salvamento "Pesca 1" trasladó bombas de achique hasta un punto situado por encima de Corga da Fecha, en un intento de aliviar agua del curso y, a la postre, reducir la presión que dificulta el rescate del montañero atrapado en la grieta. Las 4 máquinas empleadas ayer retiran unos 7.000 litros por minuto. El cadáver de André Terra D. S. L. llegó a ser amarrado por los brazos, para izarlo con mayor facilidad. A la peligrosidad de una zona casi inaccesible se le añade la meteorología como factor de complejidad. La previsión es que esta pasada noche no hubiera llovido, lo que rebajaría el caudal. En todo caso, la Guardia Civil de Ourense afirma que los rescatadores lo seguirán intentando, sin marcarse un límite.