Rafa ya está plenamente integrado en apenas cinco jornadas laborales en la biblioteca universitaria del campus. Se le dan muy bien los números así que clasificar películas para incorporarlas a la base de datos o trasladar los libros que devuelven los estudiantes a la estantería siguiendo su código son tarea fáciles para él. "Aprendí mucho", presume, "porque me fijo en los números, se me da bien la numeración". El lunes se incorporó como auxiliar en el puesto de Jorge Rodríguez, que tiene su oficina en la primera planta. El martes le contaba a su preparadora laboral con orgullo que el segundo día había subido solo.
Rafa tiene un grupo de amigos, también de la asociación Down Ourense, con los que queda habitualmente para salir. Algunos de ellos ya habían trabajado en la biblioteca y ahora está contento de ser él el que ocupa un puesto de trabajo por el que ya han pasado sus compañeros. "Es lo que me esperaba", asegura. Además, Rafa, como explica su preparadora Erika Barros, es un joven muy despierto y sociable, por lo que no le ha sido difícil integrarse en un ambiente universitario. "Tengo muchos amigos aquí", dice, y Erika lo corrobor: "Todo el tiempo vienen a saludarlo".
Rafa realizó prácticas en establecimientos comerciales como mozo de almacén y en el Paco Paz. No tiene un trabajo favorito, "todos" le gustan y, al igual que su compañero Rubén, está preparando una oposición. Lo que sí tiene claro es lo que hará con su primera nómina: "Con mi primer sueldo me voy a comprar un teléfono móvil nuevo, para llamar a mis amigos".