La capilla de San Miguel ya tiene señalado el lugar desde el que contemplar el efecto solar de los equinoccios. Uno de los miembros de la brigada de conservación del patrimonio que coordina la Fundación Curros Enríquez realizó una rosa de los vientos en piedra, para que los visitantes puedan identificar el lugar exacto desde el que se contempla el efecto. La capilla tiene una ubicación exacta cara el naciente, de forma que los días de equinoccio de primavera y de otoño la luz solar al superar la dificultad orográfica del monte de San Cibrao de Monte Calvo forma una alineación que facilita ver ambos fenómenos.