La Policía Nacional intenta cerrar, al fin, la crisis interna de la Comisaría de Policía Nacional de Ourense, envuelta entre sospechas internas y procesos judiciales y aún abatida por el reciente suicidio de un agente. Las historias truculentas se suceden desde que, en el verano de 2014, desaparecieron 6 pistolas almacenadas en el búnker del edificio de As Lagoas. Al frente de la demarcación se ha puesto, tras un rápido nombramiento, Antonio Álvarez Valencia, natural del concello ourensano de Muiños y, hasta el momento, Jefe Provincial de Operaciones en Tarragona (el puesto que equivale al número 2). Llega avalado por el jefe superior de Policía de Galicia, Manuel Vázquez. Por delante tiene retos mayúsculos.

Al excomisario Amable Valcárcel, que se jubiló oficialmente el pasado 4 de abril, le estalló la crisis en la etapa final de su carrera. Vivió la desaparición de las armas, la detención de 2 policías y la investigación de otros 2 en el marco de la operación Zamburiña -alimentada por los anónimos-, así como la falta de pruebas en el crimen por esclarecer de Socorro Pérez. Lo relevó el jefe de la Policía Judicial, Demetrio Martínez, en calidad de comisario accidental. A los pocos días, un policía del área de prensa se quitó la vida en su despacho, con una de las armas robadas, y confesó por correo la sustracción de las pistolas -aparecieron 3 de las 6-, más la elaboración de los escritos anónimos que derivarían en la imputación de cuatro compañeros del antiguo grupo antidroga.

El caso aún sigue abierto, porque la Policía Nacional, que tenía otros nombres de sospechosos en la plantilla, pero no el del agente fallecido, no descarta que éste tuviera un cómplice, sobre todo en la preparación de los escritos que llevaron a Asuntos Internos, entre 2014 y 2015, a poner en su objetivo a la Comisaría de Ourense. La presencia de la unidad de Madrid en la ciudad es casi diaria, trabajando ahora de la mano de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) para cerrar el caso.

Después del tremendo devenir de los acontecimientos, la gestión de la Comisaría tras su annus horribilis compete, desde ya, a Antonio Álvarez Valencia. El nuevo comisario llegó ayer a Ourense en tren y se presentó ante parte de su nuevo equipo de la Comisaría Provincial. El saludo fue por la tarde y se encontraba presente el jefe superior de Policía de Galicia, Manuel Vázquez, al que señalan como su principal valedor. En los próximos días, será presentado en sociedad en un acto público, en la Comisaría o en la Subdelegación.

El mando principal de Ourense se renueva por una comisión de servicio, puesto que la plaza no ha sido convocada. Esta libre designación agiliza el proceso. La llegada de Antonio Álvarez se ve en la Policía Nacional como una solución de estabilidad para Ourense, a varios años vista, aunque la inestabilidad de gobierno no permita asegurarlo.

La cúpula se queda con un único comisario. José Luis de Luis Gallego, que ejercía de número 2 en Ourense de Amable Valcárcel, dejó hace unos meses la demarcación por una jefatura de menor rango en la Comisaría de Vigo. Pero Gallego mantiene su plaza en Ourense, puesto que también cambió de destino en comisión de servicio.

Las fuentes califican como "positivo" un relevo protagonizado por un comisario "que es de Galicia pero viene de fuera y no está intoxicado por lo que ha sucedido". La plantilla es gráfica. "Peor que está la Comisaría no podrá estar. Todo lo que haga va a estar bien. Será fundamental que ejerza de líder. Se necesitaba urgentemente".

Al esclarecimiento del asesinato de Socorro y la resolución total del caso de las armas, el nuevo comisario ha de sumar otro reto, como es la implantación de la nueva jornada laboral, lo que supone nuevos turnos con una plantilla de menos de 200 efectivos sobre los 232 catalogados para Ourense. Con déficit de personal y una caída de la motivación por la sucesión de catástrofes internas.

El comisario Antonio Álvarez Valencia ingresó como policía en 1977 en el entonces denominado Cuerpo de Policía Armada. En 1986 ascendió a inspector; 10 años después se convirtió en inspector jefe y, en diciembre de 2013, ascendió a comisario. Álvarez Valencia desarrolló su carrera carrera profesional principalmente en Barcelona. Fue jefe de Sección Operativa de Extranjería y Fronteras. Desde enero de 2014 era el Jefe Provincial de Operaciones de Tarragona

Lo definen como "sensato, cabal y muy profesional". En Muiños mantiene familia, una segunda residencia y "muy buen trato" con los vecinos.