Los delitos de estafas y fraudes relacionados con la seguridad del tráfico han aumentado en los años de dificultades económicas. "Hay personas que tienen el engaño como un modo de vida y con la crisis han aumentado mucho los casos", confirman los agentes del GIAT de Ourense.
Endosar multas a muertos
Simular un accidente o identificar como conductor a un tercero que nada tuvo que ver con una velocidad excesiva detectada por un radar -pasa con familiares e incluso fallecidos- son acciones que constituyen delitos de estafa y falsedad documental, castigados con penas de cárcel. "La mayoría de las personas implicadas en estos delitos sí son conscientes de que están delinquiendo. Pero les puede la picaresca, el intentar engañar sin que pase nada", indican los investigadores. En este tipo de infracciones, caen personas de toda condición. "Se trata de gente pilla, da igual la clase social".