La última vez que convocaron una manifestación, los compañeros de trabajo de Socorro Pérez reclamaban "que el caso no se olvide y busquen de una vez al culpable. Pasan los meses y es una desesperación no saber nada". El tiempo sigue transcurriendo y no hay respuestas. El 2 de mayo se cumple un año de la desaparición de la ourensana, de 43 años, que salió a hacer deporte y fue víctima de una agresión sexual y un homicidio tras ser asaltada en una zona del monte del Seminario, próxima a una urbanización. La Policía Nacional no tiene sospechosos. La hipótesis principal es la del ataque de un extraño de una manera no premeditada, pero la falta de evidencias impide al cuerpo aventurarse, por ahora, a descartar la implicación de un conocido. Un año después del crimen las incógnitas permanecen, y los allegados de Socorro claman justicia.
El próximo jueves, sus compañeros de trabajo de la Universidad Laboral, donde ejercía como limpiadora, volverán a manifestarse. Será la tercera vez que se reúnen públicamente para exigir que la investigación arroje luz al caso. La Comisaría de Policía Nacional de Ourense, inmersa todavía en la crisis por la muerte de un agente y la desaparición de las pistolas, un hecho aún no esclarecido por completo, afirma que la resolución del crimen es "máxima prioridad".
El cuerpo de la mujer fue localizado entre la maleza en la zona del Seminario, muy deteriorado, tras un mes a la intemperie. La búsqueda se había volcado en los alrededores del Miño, después de un testigo afirmara que la había visto regresar a casa, antes de Vista Hermosa, donde aquel fin de semana había fiestas parroquiales. Los exámenes forenses no encontraron ADN suficiente para apuntar al asesino ni confirmar el posible móvil de agresión sexual. No aparecieron vestigios ni en las prendas de la víctima, ni en la piedra con la que posiblemente la golpearon, ni tampoco en cantidad suficiente en el reloj.
La Policía Nacional dijo haber comprobado a 1.200 agresores sexuales de toda Galicia así como un millón de conexiones telefónicas (llamadas, mensajes y accesos a internet) en el repetidor del Seminario, próximo al lugar del crimen. Tras sucesivas cribas, el tráfico de interés se redujo a una muestra de 3.000. Según la autopsia murió por un aplastamiento del cráneo.
El examen forense no pudo determinar con exactitud la hora de la muerte, un problema añadido para la causa. Por eso, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que lleva el caso, ha oficiado a las compañías para que aporten la relación de conexiones en el rango temporal.
Piden más medios para la UDEV
Los investigadores siguen cotejando en la base de datos los nombres de agresores sexuales de toda España, así como su ubicación en el momento de los hechos. El cribado de conexiones telefónicos y estas comprobaciones exigen "un trabajo minucioso, que lleva tiempo", dice la Comisaría. El principal sindicato, el SUP, pide dotar más medios a la UDEV para poder reforzar la investigación.
