Más de 250 comensales asistieron ayer a la despedida de Amable Valcárcel, que fue comisario de la Policía Nacional de Ourense hasta principios de este mes de abril. Magistrados, fiscales, varios políticos y más de un centenar de policías de todas las escalas, así como los comisarios de toda Galicia comandados por el jefe superior de Policía en la comunidad, Manuel Vázquez, asistieron a una celebración condicionada por el suicidio de un agente de la demarcación, el pasado sábado, que se inculpó de los anónimos enviados a la Unidad de Asuntos Internos, así como del robo de las armas del búnker. La comida no se suspendió pese a los últimos y sorpresivos acontecimientos; la asistencia fue multitudinaria.

Valcárcel, que se retira después de 44 años de servicio en el cuerpo, cesó oficialmente en el cargo el pasado 4 de abril, aunque el comisario accidental, el inspector jefe Demetrio Martínez, ya llevaba varios días al frente de Ourense. Amable se marchó dando por próximo el esclarecimiento de las pistolas desaparecidas. Una semana después, Celso B. A. se quitó la vida en un despacho donde aparecieron 3 de las 6 armas, antes de pedir perdón en un correo en el que se confesaba autor de la filtración, un acto desde dentro que siempre había sido calificado por Valcárcel como una "venganza". La investigación tras la tragedia aún continúa abierta, puesto que la Policía no descarta que algún otro agente hubiera colaborado en la elaboración de los anónimos o en la sustracción de las pistolas, máxima cuando 3 todavía no han sido localizadas.

Por la reciente tragedia y todos los hechos que quedan por aclararse tras el peor año de la historia de la Comisaría de Ourense, Valcárcel se despedía ayer con el reconocimiento de una parte de la plantilla, sindicatos, los sectores con los que ha trabajado en sus años de servicio, además de familiares y amigos. Entre el centenar de policías que sirvieron a sus órdenes se encontraba también A. F. R., el inspector que lideraba el antiguo grupo de drogas y fue detenido en la "Zamburiña", la operación desencadenada por Asuntos Internos que partió de la desaparición de las pistolas y fue conduciendo a presuntos traficantes y a supuestas irregularidades con los confidentes, después de que los anónimos vincularan ambas irregularidades y pusieran a Madrid en la pista.

El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, elogió a Valcárcel como una "excelente profesional y mejor persona". La Comisaría le entregó obsequios en detalles y el principal sindicato, el SUP, una placa conmemorativa, que sustituirá a la que entrega por jubilación, tras agradecer "su permanente disposición al diálogo". Amable hizo gala de su nombre y dijo adiós agradecido con todos.