Javier era pizzero en la época universitaria. Se licenció, tal y como esperan los padres, dice, y logró un empleo en una fábrica de automóviles en Madrid. Llevaba viviendo en la capital 17 años. Llegó un día en que aparcó el trajín. "Ganaba dinero, pero dentro de mí me decía que me faltaba algo. Dejé el trabajo, cogí el paro y me vine a la casa familiar de Arnoia". De entrada, buscó un trabajo relacionado con la automoción, pero terminó encontrando su camino. Se formó, adquirió experiencia en sellos como "Terras Gauda" y "Coto de Gomariz", y hoy, con 45 años y una producción anual de 20.000 botellas de autor, es un reputado enólogo y cosechero de O Ribeiro, responsable de la bodega "Eloi Lorenzo", el nombre de su bisabuelo. Vive en la casa familiar, rodeado por vides. Solo 1 hectárea era de herencia familiar, las otras 5 que aprovecha -su primera cosecha es de 2006- "son alquiladas o cedidas, porque hay vecinos que ya se sienten recompensadas con no ver sus tierras abandonadas". Fue su abuela quien le inculcó la pasión por las viñas, donde el nieto juega ahora con las variedades Treixadura, Lado, Loureira y Torrentés, sin descartar algún "experimento" en el futuro. "Ella se hubiera dedicado al vino pero como era la mujer de un farmacéutico y ama de casa, no coincidió. Pero me inculcó mucho amor por el vino". Vivir y trabajar en el rural, remarca, no tiene comparación. "Es calidad de vida, aire, agua. Estás en un medio donde eres casi autosuficientes y el coste es casi cero. Lo difícil para mí es vivir en Madrid o Barcelona, no llegar a fin de mes, aguantar un trabajo que te está machacando, o aburrirte o engordar en el sillón. Animo a la gente a que lo intente; en Galicia hacen falta viticultores, ganaderos, trabajadores del sector forestal, apicultores... En el rural cabemos muchos más" .

Javier comenzó con una viña de 3.500 metros tras aprovechar una ayuda de la UE para iniciativas en el rural de jóvenes menores de 40 años. "Con paciencia y si te gusta hacer cosas, puedes elaborar un producto diferenciado y su venta está asegurada. Hay que hacer algo diferente, algo artesanal. Como sucede con la música o la gastronomía, tenemos que buscar algo que emocione".