Un varón portugués residente en Ourense fue detenido después de que un control móvil de radar detectara que circulaba con su vehículo a 219 kilómetros a la hora en la autovía A-52 Rías Baixas, según informaba ayer la Guardia Civil.
La vigilancia de seguridad vial se efectuó en la madrugada del pasado martes 5 de abril a la altura del término municipal de Mombuey (Zamora), por donde el turismo que conducía el detenido circulaba a 219 kilómetros por hora, casi al doble de lo permitido en una vía de alta capacidad. El tramo estaba limitado a la velocidad máxima genérica para ese tipo de vías, de 120 km/h.
El conductor, de 50 años de edad, excedía la velocidad máxima en 99 kilómetros hora, por lo que fue detenido por un supuesto delito contra la seguridad vial. Según la Guardia Civil de Zamora, fue puesto a disposición del juez de guardia, quien decretó su puesta en libertad hasta la celebración del juicio.
El Código Penal establece para este tipo de delitos al volante una condena de prisión de tres a seis meses, pena de multa de seis a doce meses o, bien la imposición de trabajos en beneficio de la comunidad, entre treinta y uno y noventa días. En todo caso, el infractor de este tipo de excesos de velocidad se enfrenta a la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores entre uno y cuatro años, e incluso a la posibilidad de decomisar el vehículo, si Fiscalía y juez lo consideran conveniente, aunque es una medida que suele reservarse para los casos más flagrantes y de reincidencia múltiple.
Dos casos en la provincia
El pasado mes de febrero, Ourense registró los últimos casos de altas velocidades. Dos jóvenes, ambos positivos en drogas, fueron detectados a 172 y 235 kilómetros por hora. El primero, en un tramo restringido a 60 de la N-540, en A Peroxa. El segundo, estrenando su coche nuevo en la autovía A-52, a la altura del término municipal de Allariz.
Ambos llegaron a una conformidad con la Fiscalía el día del juicio rápido, zanjando el caso. El detectado a 235 por hora aceptó 900 euros de multa y 20 meses sin carné. El otro infractor se conformó con una condena a 22 días de trabajos social, y 8 meses sin poder conducir.
