Agustín Vega, exsenador y exconcejal del PSOE y antiguo sindicalista de la UGT, acudió ayer al juzgado para entregar su casa familiar de Amoeiro y responder así del pago de indemnización, costas e intereses por atentar contra el honor del juez Olegario Somoza Castro, en un proceso eternizado desde hace 25 años, cuando el magistrado, fallecido en 2010, era titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3. En el acto celebrado ayer en Primera Instancia 2 de Ourense, Agustín Vega "no efectúa entrega de llaves de dicho inmueble, ya que nunca ha dispuesto de las mismas, aunque se encuentra perfectamente cerrado", según el acta de la comparencia.

Hoy, el acto de posesión

Esta mañana, la comisión judicial realizará el acto de toma de posesión de la propiedad a favor del hijo del juez. Su representante legal, Antonio Feijóo Miranda, comprobará si se pone a disposición toda la vivienda, como exige la subasta, o solo la parte originaria. Además, anuncia una querella contra Vega por presunta insolvencia punible.

La propiedad fue valorada en cerca de 270.000 euros. El pasado año tuvo lugar la subasta para cubrir el impago de la indemnización, que es firme desde 1999, tras resolver el Tribunal Supremo los recursos.

Feijóo Miranda denuncia que la ejecución del fallo "se ha prolongado por 17 años de maniobras fraudulentas" del expolítico, desde poner la vivienda a nombre de una sociedad con sus hijas menores, hasta declararse en concurso, conductas que la justicia no aceptó. Ante la falta de postores, el hijo de Somoza se adjudicó finalmente en 2015 la propiedad por la cantidad total adeudada, que suma unos 165.000 euros. A los casi 50.000 euros iniciales impuestos por el atentado contra el honor del juez, se suman intereses y costas.

El letrado acusa al exsenador de seguir "ocupando la casa" tras haber creado una sociedad fraudulenta, a la que habría arrendado la vivienda por un periodo de 31 años y una renta simbólica. Feijóo tildó el anuncio de entrega de llaves como un "paripé" y confirmó que, una vez consumada la posesión de la propiedad, presentará una querella por lo penal contra Vega.

"Cumplí mi obligación"

"Se quedan con mi casa por cumplir con mi obligación como sindicalista y político, por defender en cada momento a los más débiles. Moriré de pie, jamás viviré de rodillas", dijo Vega el día antes de ir al juzgado. Ayer, antes de la comparecencia, insistía en que "me condenaron por decir la verdad, no por mentir". Perder la casa "me duele, claro, porque es fruto de trabajo y esfuerzo" pero no le hará "quedarse bajo un puente". "Tengo 2 hijas, las miro y veo que no hay el mínimo reproche por haber cumplido la obligación de luchar contra la podredumbre que había en esta provincia".