"Estrambótico". Así califica Abraham Carrera, 19 años, vecino de Ribadavia y estudiante de la Escola de Enxeñaría Informática de Ourense, tanto el proceso que le ha llevado a quedarse sin beca de estudios como la posible solución para recuperarla: pedirle a sus antiguos profesores que revisen sus notas y le suspendan. Aprobó "demasiadas".

Esta historia comenzó el año pasado, cuando a mitad de curso Abraham supo que Enxeñaría Industrial no era lo suyo y que quería cambiar. A pesar de que no iba a continuar por ese camino, redobló esfuerzos para "sacar las mejores notas" y conservar su condición de becario, un soporte fundamental en una familia con cinco personas en casa y una única nómina de auxiliar de farmacia como ingreso mensual.

Así que su idea era no perder el año académico y buscar otra titulación con una base similar que le permitiese convalidar el mayor número de asignaturas. Su destino fue Informática en Ourense, donde le convalidaron 7 de 10, lo que le permitió matricularse de las que le quedaban para completar primero y todo segundo. "En Vigo aprobé con una media de 8,6 y tres matrículas de honor, lo que me valió para que la Escola de Informática autorizase la ampliación de matrícula por rendimiento académico extraordinario", explica Abraham. Al mismo tiempo, el joven consultó su situación con el servicio de gestión de becas de la Universidad de Vigo donde, asegura, "me dijeron que no tendría problema". De hecho, cumplía sobradamente los requisitos: 39 créditos aprobados con una media superior a 6,5.

El sobresalto le llegó el 4 de febrero cuando la sección de becas le comunicó que su ayuda había sido denegada por "pérdida de curso", es decir, por no reunir los requisitos para el supuesto de cambio de estudios con condición de becario. El artículo de la convocatoria sobre el que se sustenta la denegación establece que, en cambios de titulación, el número de créditos convalidados debe ser como mínimo igual al número de créditos aprobados en la antigua. "Aprobé 60 y me convalidaron 42, es decir, todo se reduce a que aprobé demasiadas asignaturas", lamenta Abraham. "Parece inaudito que en un sistema educativo que debe premiar el esfuerzo en lugar de castigarlo presente como motivo de denegación el hecho de aprobar demasiadas".

Al serle denegada la matrícula ha tenido que pagar en efectivo 1.086 euros de matrícula y lo que le queda es esperar a que finalice la convocatoria en julio para presentar un recurso de reposición ante el Ministerio de Educación en el que tratará de rebajar el número de créditos aprobados. La solución se la ha propuesto un bufete de abogados expertos en becas y consiste en pedir a los profesores del pasado curso que le suspendan tres materias no convalidadas: "Ahora no me importaría pero es un poco estrambótico llegar a esto".