Eloi Diz, vecino de A Veiga das Meás, en el concello ourensano de Vilardevós, ha gastado dinero y volcado en esfuerzos en dar con el autor o autores del envenenamiento de sus dos perras de caza y mascotas, Zara y Sira. El domingo encontró el cuerpo de la segunda, un cruce entre Setter y Podenco de unos 3 años, que siempre acompañaba a Zara, una Setter inglés tricolor de 8 años, que tenía chip y estaba documentada. Esta aún no ha aparecido. El hombre no alberga esperanzas de que siga viva, tras varios días de búsqueda infructuosa por varias localidades de la comarca de Monterrei.

Las dos iban juntas cuando desaparecieron, el viernes 18 de marzo, acompañando a su mujer de regreso de un paseo. Eloi cree que el autor del envenenamiento se ocupó de enterrar el cadáver de Zara después de que él difundiera, hace varios días, el ofrecimiento de una recompensa de 1.000 euros a quien diese algún dato certero o ayudase a recuperar el animal. Confirmados sus peores presagios, el dueño reserva ahora esa misma cantidad para el que dé datos que permitan localizar al responsable o responsables de sembrar de tóxicos el monte próximo a la aldea de A Veiga das Meás.

El suyo no es el único caso de animales muertos por consumir veneno. Otro vecino de la localidad perdió en las mismas circunstancias a su perra Linda, un ejemplar utilizado para la caza de conejos, y en la zona también han aparecido cadáveres de aves y zorros presumiblemente intoxicados con el mismo compuesto. En otro pueblo, desaparecieron varios gatos y fue hallado un zorro muerto a lazo. Eloi Diz ha tirado de recursos y de un conocido para intentar averiguar qué producto causó la muerte de sus perras Sira y Zara.

El hombre sospecha que pueda haber ingerido un veneno como la estricnina, prohibido por la Unión Europea pero que aún circula por el mercado negro. El particular ha llevado su investigación al ofrecimiento de una recompensa y a buscar rastros de ruedas de coches en la zona, en un intento de dar con los responsables.

Ve un delito medioambiental

En todo caso, ayer se desplazó al cuartel de la Guardia Civil en Riós para formular una denuncia. Pide al servicio del Seprona de Verín que investigue lo que, a su entender, constituye un delito contra el medio ambiente y contra la fauna Según asegura, ya se han remitido muestras al Instituto de Toxicología para averiguar el tipo de veneno y la dosis empleada, pero ve necesaria la intervención de los agentes en la zona para evitar que el contaminante se propague en cadena, de unos animales a otros, o afecte incluso a suelo y aguas.

Con prudencia, porque la investigación corresponde al instituto armado, el denunciante no apunta culpables de esta sucesión de casos de animales envenenados, aunque sospecha de cazadores. "Parece que se intentan eliminar zorros y perros para que no ataquen a los conejos", dice Eloy. Entiende que será labor de los agentes cotejar esta posibilidad con los cotos de Vilardevós y Verín.

Ambos municipios están separados por una pista donde se perdió la pista a las dos perras. Sira era una perra de conejos y Zara era ducha con las perdices. Además de animales de caza eran mascotas a las que Eloi Diz apreciaba. "Zara tenía una inteligencia y un saber estar como una persona. Fue educada con mucho cariño, como si fuese un niño", recuerda el dueño.

A Sira la encontró el domingo. Ya entonces "no las tenía todas conmigo", después de que un vecino le contara el caso similar de su perra desaparecida, a los pocos minutos de que la vieran lamer algo en el monte, cuando regresaban de paseo por la zona. Este pasado domingo, Eloi emprendió una búsqueda por el paraje, monte a través. "Me levanté pronto, fui buscando por la maleza y la vi muerta. Sufrió una muerte fulminante", lamentaba ayer.

La protectora de animales de Verín se ha hecho echo de esta oleada de casos de envenenamiento de animales. En su perfil de Facebook se preguntan "¿qué pasa en la comarca de Monterrei?". Las muertes de Sira y Zara son los últimos casos conocidos "en una zona con un grado altísimo de maltrato animal", reprocha el colectivo. Piden a los vecinos que formulen denuncias si tienen conocimiento de algún episodio. "Creemos que ya es hora de que cambien muchas cosas, que empecemos a civilizarnos y dejemos que la naturaleza siga su curso sin masacrarla", recoge un comentario en la red social.