Sin posibilidad de recurso, la Fiscalía de Ourense ha encajado con "sorpresa y malestar" la decisión de la Audiencia Provincial de poner en libertad a uno de los investigados por un asesinato registrado en diciembre de 2014 en el concello de Boborás. La Sala, que además de enjuiciar casos graves opera como tribunal de apelaciones, acordó la excarcelación de Eduardo L. F., tras fijar una fianza de 3.000 euros. Una vez satisfecha la cantidad, el imputado dejó la prisión este martes. La Fiscalía se muestra contrariada, ya que planea acusarlo por asesinato, lo que implicará una posible condena de entre 15 y hasta 25 años, en función de las agravantes que observe al hacer el escrito de calificación.

La Audiencia no impone otras medidas cautelares, como podrían ser la retirada del pasaporte o la obligación de comparecencia ante un juzgado, pese a reconocer que a estas alturas de la fase de investigación judicial "únicamente se mantendría el riesgo de fuga". Los tres magistrados que han acordado la puesta en libertad del presunto asesino, aun con el criterio en contra de la Fiscalía, argumentan que, pese a "la existencia de indicios de la participación del imputado en un presunto delito de homicidio, se estima que dado el tiempo transcurrido desde el inicio de la instrucción, en el que puede descartarse el riesgo de obstrucción de la investigación así como el de reiteración delictiva, únicamente se mantendría el riesgo de fuga, que al margen de las circunstancias concurrentes en el imputado puede conjurarse con la adopción de otras medidas". Para "asegurar la presencia del imputado" y "dada la gravedad del delito imputado", la Audiencia Provincial entiende que basta con la fianza, ya satisfecha, de 3.000 euros.

El auto revoca la situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza, que estaba vigente desde el 24 de diciembre de 2014, por orden del juzgado mixto número 1 de O Carballiño. En febrero, la sede había rechazado por última vez el recurso de excarcelación del abogado de Eduardo L. F. En la cárcel solo sigue por ahora el otro investigado por el asesinato, Óscar E. L. Es previsible que su defensa también mueva ficha tras la excarcelación.

Eduardo y Óscar son los dos sospechosos de dar una paliza y arrojar a un embalse a Alexandru Walter Boghiu, un chico de nacionalidad rumana de 22 años que residía en O Carballiño. Tal y como reveló la autopsia, el joven seguía con vida cuando fue arrojado al agua. El fallecimiento se produjo por ahogamiento.

La víctima tenía lesiones en la cabeza y el rostro por la paliza previa. Los dos presos fueron detenidos junto a Brais P.V., un vecino de O Carballiño que quedó en libertad y permanece imputado por lesiones. Presuntamente, habría participado en una primera agresión al rumano pero se marchó antes de la bodega de Cameixa (Boborás), propiedad de Eduardo, donde los presuntos agresores y la víctima decidieron terminar la fiesta sobre las 5 de la madrugada, después de estar previamente en locales de ocio de O Carballiño. Habían bebido. La Guardia Civil asegura además que tomaron drogas. La Policía Judicial Bautizó el caso, resuelto en pocos días, como "Operación Esmorga". El grupo llegó a la bodega para poner fin a la noche de ocio y allí se produjo una discusión porque supuestamente la víctima hizo una alusión sexual sobre la hija pequeña de uno de los implicados, y además realizó un ademán de orinar que los habría molestado, según lo que trascendió tras los arrestos.

Se exculpa y acusa al otro

Eduardo L. F. se ha desvinculado del asesinato. Era el que condujo el coche hasta las proximidades del canal donde fue arrojado el rumano, pero él adujo que se detuvo porque se lo pidió Óscar . E.L, y que luego lo instó a que parara la agresión porque su propósito era defender a la víctima. Culpa a Óscar de tirar al joven al agua. Según este investigado, el rumano intentó acuchillarlo, los tres se enzarzaron y la víctima cayó al canal. Asegura que trató de rescatarlo cuando aún continuaba con vida, mientras era arrastrado por el agua, pero no pudo. La Fiscalía sostiene que ambos le dieron la paliza y lo arrojaron al cauce, y descarta intento alguno de rescate, pues apareció sangre de la víctima intentando agarrarse a la barandilla.

La investigación se da por finalizada. Un tribunal del jurado resolverá.