La empresa Linorsa ganaba el concurso para hacerse con el servicio de limpieza de colegios públicos de Ourense al presentar una propuesta con una baja importante, lo que le llevó a superar la que había presentado la anterior concesionaria, que pertenecía al grupo Vendex. Después de los dos años realizando sus funciones, que estuvieron marcadas por los problemas de pago a las trabajadoras, sobre todo en el último año, y que provocaron una huelga, todo indicaba que no se prorrogaría el contrato, como así se contemplaba.

Y aunque con el cambio de gobierno en el Concello todo apuntaba a que se producirá una nueva adjudicación, para sacar de nuevo a concurso un servicio que tiene un coste anual a las arcas municipales que está en los 700.000 euros, la realidad es que se decidió prorrogar, debido a que "en quince días no daba tiempo a realizar todo el proceso", explicó la edil de Educación, Belén Iglesias.

Pero la hoja de ruta del nuevo ejecutivo local, que pasaba por no dejar en precario el servicio al finalizar el tiempo establecido, estaba clara, y no era otra que proceder a la elaboración de un nuevo pliego para el concurso y formalizar el correspondiente contrato. Aunque por el camino se fueron sucediendo las incidencias, en la que las protestas y concentraciones de la trabajadores se sucedieron por el impago de nóminas.