Entre las anécdotas vinculada al Ponte Maior de Ourense destacó la del diplomático gallego Manuel Pereira y Castro, "una especie de Garibaldi afincado en Ourense, por estar casado con una ourensana," y que por su condición de progresista y republicano, y tras acusarle de participar en la conspiración de 1868, estuvo perseguido.

El hidalgo Manuel Pereira, que da nombre ahora a una calle de la ciudad, se ocultó durante un tiempo en uno de los desaguaderos de un arco del puente romano, donde cada noche una mujer enviada por su esposa le llevaba comida par que sobreviviera", explica.

En las proximidades de este puente, que ha sido el guardián y razón de ser del devenir de Ourense, también apareció, según descubre Rivas, un tesorillo de monedas y torques romanos. Toda una historia.