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La ciencia, 110 años antes

El Seminario Menor convierte en museo el material que el obispo Ilundain adquirió en 1906 para potenciar los estudios de Física y Química

Amadeo Blanco realizó varias demostraciones en el gabinete de Física. // Iñaki Osorio

Fue una apuesta personal del obispo de Ourense, Eustaquio Ilundain, que los alumnos del seminario profundizasen en el conocimiento de la ciencia y que, para ello, contasen con los mejores instrumentos. Corría el año 1906 y no era habitual que en los centros en los que se impartía teología se debatiese largo y tendido sobre física, química o biología. Aquel obispo llegó de Navarra con esa idea y la materializó, recuerda hoy el profesor del Seminario Menor, Amadeo Blanco, que ayer realizó delante de un grupo de alumnos varias demostraciones prácticas con el material y artilugios que han sido inventariados y recopilados en un museo didáctico de Física e Historia Natural. "Se gastó 30.000 euros y encargó todos los instrumentos en Francia porque quería que los seminaristas de Ourense fuesen los mejores en ciencias", relata el profesor.

Por aquel entonces el Seminario tenía 500 alumnos y hoy son 85 en todos los cursos de ESO y Bachillerato. La propuesta del centro, dirigido por Lois Babarro, no pretende recuperar este material para su uso, de hecho, se trata de instrumentos muy delicados para los que ya no existen repuestos. La verdadera intención se conservarlo y que pueda ser visitado por centros escolares de toda Galicia. Según Amadeo Blanco, además del IES Otero Pedrayo que cuenta con un museo similar, no existe otro igual en Ourense y son pocos en Galicia. Al mismo tiempo, quieren demostrar que "esto no es solo un centro de formación para curas, hay vocaciones sacerdotales pero también vocaciones científicas".

El museo que ayer se presentó al público y que aspira a alcanzar la denominación de Museo Didáctico de Física e Historia Natural está formado por una recopilación de 367 utensilios de física que datan de comienzos del siglo XX. Son valiosos y extraños artilugios cuya contemplación permite seguir la evolución del conocimiento científico desde la Primera Revolución Industrial, representada por la utilización del vapor como fuente de energía, seguido del nacimiento de la electricidad y su aplicación tecnológica, hasta los albores de la nueva era de la comunicación con las primeras máquinas de telegrafía sin hilos y el registro y reproducción de la voz, así como la obtención de la imagen a través de la cámara fotográfica. Un microscopio solar que proyecta la muestra sobre la pared fue uno de los que más llamó la atención de los chavales que hoy se rodean de tecnología.

Máquina de Ramsden, balanza de Roberval, vaso de Tántalo, aparato de Haldat, tubo de Geissler, rompevejigas, murales didácticos de historia natural y valiosos libros en castellano y en francés de meteorología, cosmología, astronomía o náutica vuelven a lucir en las vitrinas de madera del Seminario Menor.

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