-¿Ya ha empezado a fluir el crédito?
-¿Ha sido injusta la desconfianza hacia el sector del ladrillo?
-La desconfianza hacia el sector del ladrillo ha sido totalmente injusta. Durante la crisis, si pedías un crédito personal en un banco te lo daban, si tenías solvencia, pero si era para una empresa de la construcción o de promoción, tenían terminantemente prohibido por el Banco de España que le dieran nada.
-El ladrillo puede tener oscilaciones, pero es una inversión que no va a escapar de ahí, como otras que se volatilizan.
-Efectivamente, el ladrillo no desaparece, porque es necesario. Ahora mismo se estarían construyendo en Ourense algunos edificios, si tuviéramos un plan de urbanismo. Pero nosotros no queremos un plan de cualquier manera, queremos un plan como Dios manda. Un plan que tenga seguridad jurídica y que sea viable, desde el punto de vista de la construcción, aunque tarde cinco o seis meses más. No se trata de poner parches en el plan que tenían aprobado inicialmente. Ese plan no nos sirve.
-Según las previsiones, se puede aprobar en cuestión de meses.
-Hay cosas que tienen que arreglarlas. En el plan inicial, media ciudad estaba fuera de ordenación. Eso parece que lo tienen arreglado. Pero hay propietarios de suelo que tienen proyectos de compensación aprobados, que le han cedido al Concello terrenos por medio del proyecto de compensación, y algunos no los están metiendo. Si no los meten, tendrán muchísimos problemas. Tendrán que enfrentarse a procesos judiciales de larga duración y a indemnizaciones multimillonarias. Peso además, los terrenos de compensación ya pertenecen al Concello de Ourense, por lo que cualquier ciudadano puede recurrir a los tribunales de justicia para defender esa donación.
