Más de quince médicos de Ourense se encuentran en tratamiento por sufrir enfermedades mentales o a algún tipo de adicción, como las drogas -afecta a algo más del 1% de los 1.500 facultativos que hay en la provincia-, según se desprende de los datos abordados en la III Jornada Autonómica del Programa Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) que se celebró ayer en el Colegio Médico de Ourense. Una parte considerable del problema se registra en el colectivo de médicos jóvenes residentes, al enfrentarse de forma abrupta y directa a los pacientes y estar sometidos a un número de guardias importante.
El presidente del Colegio Médico de Ourense, José Luis Jiménez, explica que los MIR "llegan muy cargados", porque ahora la exigencia para hacer medicina es de casi un nueve de puntuación. "Tienen en la cabeza mucha exigencia; son gente muy comprometida", destaca Jiménez. Reconoce que antes ese proceso "se hacía de una forma más paulatina", pero ahora "enseguida les toca hacer una guardia y enfrentarse a un caso clínico. Todas esas cosas llevan a problemas", por lo que facultativos de las unidades de Prevención de Riesgos Laborales del Sergas, psiquiatras, terapeutas, comisiones de docencia y gestores del sistema público de salud de las cuatro provincias gallegas abordaron la situación en Ourense.
El Programa Atención Integral al Médico Enfermo es completamente innovador y pionero. Mantiene un teléfono operativo a disposición de los facultativos que lo necesiten, las 24 horas del día, por un problema de adicciones o salud mental, preservando al máximo el anonimato. Ya se ha interesado el colectivo de jueces por la iniciativa, con la finalidad de "implantar un sistema similar, debido a la trascendencia de sus actos".
Ya se han puesto en marcha iniciativas en algún hospital de Galicia "para dar salida y hacer prevención de estos problemas", en una profesión que presenta este tipo de riesgos, como la médica, por lo que en la jornada de ayer intentaron "compartir experiencias, para que todo lo que vaya bien, hacerlo en todos los sitios", explica Jiménez.
A pesar de que una de las claves del éxito del programa es mantener la privacidad y evitar que trasciendan demasiados datos sobre los afectados, para evitar la alarma social y que los profesionales que sufren este tipo de problemas los oculten para mantener su trabajo -esa es la razón por la que no ofrecen los datos de cuántos médicos han sido atendidos en Galicia por este tipo de situaciones-, existe una baja porción de médicos con enfermedades mentales que "no son recuperables, pero de los que presentan problemas de adiciones se recupera el 90%; mucho más elevado que lo que ocurre en el conjunto de la población general", destaca otro facultativo.
El programa PAIME tiene la doble finalidad de "preservar la salud de los propios médicos afectados" por este problema y "ayudarles a que puedan recuperar la capacidad para atender a los ciudadanos" con garantías de calidad.
Como pasando sobre ascuas, por la necesidad de mantener la confidencialidad sobre este problema, José Luis Jiménez admite que "son casos aislados, pero todos los años surge alguno", presentando su mayor incidencia en las ciudades más populosas.
El presidente del Colegio Médico de Ourense advierte de que hay profesiones que requieren una máxima confidencialidad, como la de los facultativos. "Es muy importante recuperar a un médico y que no pierda el prestigio, respecto a sus pacientes". Y agrega: "Un médico que está ejerciendo, no puede sentarse a la cola de espera de un psiquiatra, porque lo puede ver un paciente y decir: "Ya no voy más a su consulta, porque está peor que yo". Por lo tanto, el colectivo ha adoptado medidas para "hacer lo mismo, pero con una cierta confidencialidad".
