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El jefe de Asuntos Internos niega trato vejatorio a una policía a la que increpó en "tono severo"

- La agente, investigada en la "operación Zamburiña", lo denunció por maltrato de obra - Las cámaras recogen la tensión en los pasillos, pero ni fiscal ni defensa aprecian agresión

El inspector de Asuntos Internos y la agente denunciante, ayer, en el Juzgado de Instrucción 3. // Iñaki Osorio

El jefe de la unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional que dirigió la "operación Zamburiña" contra el tráfico de drogas en la que resultaron detenidos dos miembros del grupo de estupefacientes de la Comisaría de Ourense negó ayer haber amenazado y golpeado en el pecho a una de las agentes del grupo antidroga que también está siendo investigada en el marco de dicha operación. Sí admitió su enfado y que se dirigió a ella en "tono severo" cuando comprobó que la agente de policía se encontraba en el pasillo de los calabozos hablando con los dos compañeros que acababan de ser detenidos y estaban incomunicados.

Así lo declaró ayer en el Juzgado de Instrucción 3 de Ourense, en el juicio celebrado contra él por un presunto delito de maltrato de obra (agresión sin lesiones) denunciado por la agente que, a través del letrado del Sindicato Unificado de Policía (SUP), solicitó una condena de dos meses de multa a razón de 6 euros diarios. La fiscal pidió la libre absolución al entender que no existen pruebas que acrediten las acusaciones formuladas por la mujer. Lo mismo la defensa del inspector que, además, ha pedido que se le carguen a la denunciante las costas procesales y una multa por "mala fe", ya que considera que se trata de una denuncia "instrumental para desvirtuar" las investigaciones de la "operación Zamburiña". El letrado del SUP solicitó la recusación de la fiscal, por ser la misma que participa en la instrucción de la operación antidroga dirigida por el denunciado y en la que la denunciante es investigada, pero después de un receso la juez desestimó su petición.

Los hechos que dan cuerpo a la denuncia ocurrieron el pasado 10 de noviembre, fecha en la que la unidad de Asuntos Internos que previamente había investigado el robo de armas en la Comisaría procedió a la detención de los dos agentes del operativo de estupefacientes. La denunciante vio a través de las cámaras de vigilancia interna que sus compañeros ingresaban en los calabozos y se acercó hasta allí para interesarse por su estado. "No sabía que estaba incumpliendo el protocolo", declaró, porque no había sido informada de que ambos compañeros estaban "incomunicados", ni estaba al tanto de la operación y, mucho menos, de que ella también estaba siendo investigada. Cuando el jefe de Asuntos Internos se le acercó de forma "violenta" para recriminarle y se sintió "intimidada" y "vejada": "Me gritó diciéndome que no podía estar allí y me dio dos golpes en el pecho", relató. Tanto la fiscal como la defensa del inspector de Asuntos Internos destacaron el hecho de que la agente no hubiese incluido estos hechos en su informe y que tardase un mes y medio en presentar la denuncia. Ella alegó que decidió dar este paso cuando los hechos trascendieron a la prensa. Desde el SUP defienden a la agente y califican el trato recibido como "vejatorio y humillante".

Por su parte, el responsable de la investigación de Asuntos Internos afirmó que no llegó a producirse contacto físico entre ellos y que se dirigió a la denunciante "en tono severo" porque la investigación seguía su curso y su conversación con uno de los detenidos podía suponer un "riesgo" para la operación. En calidad de testigo declaró una funcionaria de la unidad de Madrid que avisó al inspector de que la agente estaba hablando con un detenido y ratificó que éste advirtió a la mujer que no podía estar allí, negando en todo caso que se produjese la agresión. La escena recogida por las cámaras de seguridad revela la tensión, pero no se aprecia, a juicio de la defensa y de la fiscal, que se produjese tal agresión.

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