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El talento también se capta

Katerina Zemánková llegó a Ourense en 2011 para una estancia universitaria de seis meses y se quedó para realizar su tesis doctoral con el grupo de física molecular

Katerina Zemánková, en los laboratorios de física del campus de Ourense. // Brais Lorenzo

Katerina Zemánková admite que su caso es "raro". Mientras a su alrededor otros jóvenes hacen las maletas para continuar con la investigación fuera de España, ella ha decidido quedarse y buscar una oportunidad aquí. Sabe que será difícil "por como están las cosas" pero está dispuesta a intentarlo. Ayer defendió su tesis doctoral sobre física molecular del agua y obtuvo un sobresaliente con la mención cum Laude, lo que la convierte en una investigadora brillante en la especialidad de Física Aplicada. El siguiente paso es una incógnita y aunque le gustaría seguir investigando y quedarse en la universidad no descarta la vía de la docencia. Reconoce que posiblemente su futuro laboral sería mucho más fácil regresando a Praga porque "allí hay más oportunidades para la ciencia y la investigación", pero ha apostado por quedarse en Ourense, donde también tiene pareja.

Llegó desde Praga en septiembre de 2011 para realizar una estancia de seis meses dentro del programa Erasmus. No era la única, con ella viajó también Karolina Machánová que realizó trabajo experimental durante unos meses y regresó a la República Checa. Katerina enseguida conectó con Ourense y con el trabajo de investigación que realiza el grupo de física molecular del campus. "En poco tiempo aprendí español pero quería saber más, me gustaba el trabajo de investigación que se hacía aquí y pedí ampliar la estancia a un año; el grupo me ofreció participar y al final el trabajo se convirtió en la tesis doctoral", explica Katerina.

Su investigación se centró en física molecular y los comportamientos anómalos del agua. Dirigido por los profesores Jacobo Troncoso y Claudio Cerdeiriña, el estudio experimental recibió ayer la alabanza unánime del tribunal. Tal y como ella explica, se trata de "investigación básica que no tiene aplicaciones directas, pero cualquiera que haga una investigación aplicada puede tomar nuestros datos y utilizarlos".

Este caso atípico pone de relieve que la movilidad internacional a la que se aferran muchos estudiantes de Ourense como puente para acceder a una oportunidad laboral en el extranjero que aquí difícilmente podrían encontrar también tiene retorno. "Con todo lo que nos angustia observar que nuestros jóvenes son empujados a irse de España para no volver, es un soplo de aire fresco que una joven como Katerina venga a España para aportar todo su talento, que es mucho", apunta el profesor Claudio Cerdeiriña que ha dirigido, junto con Troncoso, la tesis de esta doctoranda. "A grandes rasgos, el verdadero problema de la fuga de cerebros es que el talento que no se retiene no es compensado por el que se capta", añade. Casos como el de esta joven, "son el pan de cada día de los países desarrollados, donde, a diferencia de España, la movilidad, la dinámica en la universidad, es algo que funciona en los dos sentidos".

Precisamente, la estancia de Katerina y Karolina en Ourense tiene su origen en la que el profesor titular del campus Diego González realizó en 2005 en uno de los centros de investigación de la Academia Nacional de Ciencias de la República Checa. Allí coincidió con Magdalena Bendova, que dirige un grupo de investigación y fruto de este contacto, surgió en 2010 la posibilidad de que dos alumnas que estaban próximas a rematar sus estudios de máster realizasen sendas estancias de investigación en el campus de Ourense en el marco del programa Erasmus. A su vez, durante aquellos seis meses, González Salgado aprendió una técnica computacional denominada método Monte Carlo que ha enseñado a sus doctorandos aquí. "Captación de talento para la UVigo, al fin y al cabo", concluye Cerdeiriña.

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