Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Seixalbo vuelve a salvar de la hoguera a sus mecos doña Paquita y don Nicanor

La "quema" simbólica se celebró tras una tarde de desfile y coplas en el campo da Infesta

Baile de disfraces en la carpa da Infesta, en Seixalbo. // Iñaki Osorio

En el núcleo histórico de Seixalbo, en Ourense, los vecinos fueron previsores y montaron una carpa en el campo da Infesta para no tener que renunciar a su entroido singular en caso de lluvia. El tiempo no les acompañó, así que la fiesta se trasladó a este espacio donde los mecos protagonistas del carnaval, doña Paquita y don Nicanor, presidieron el baile y las coplas que las comparsas entonan en su día grande. Las mareas, el cambio de gobierno en el Concello de Ourense y las alusiones entre vecinos centraron los versos que dan vida a una tradición de carnaval rural que se mantiene intacta en la capital.

El miembro de la comisión de fiestas e integrante de la comparsa Ovellas Negras que ayer se vistió de Santa Compaña, José Alberto Cid, explica que la fiesta pudo tener en tiempos sus más y sus menos pero la tradición de colocar a los mecos Paquita y Nicanor en un balcón durante los días de carnaval y traspasarlos de familia en familia cada año se ha conservado. Lo habitual era que los custodiase una pareja de recién casados porque según dicen en Seixalbo, tenerlos en casa ayuda a procrear. En la actualidad no siempre hay matrimonios jóvenes por lo que cuesta más elegir a qué familia se le encomienda la misión de guardar y conservar a la entrañable pareja sin esperar, como antes, a que en la próxima edición la mujer luciese barriga en carnaval. Esta elección se hace durante la procesión que marca el final de entroido y que se celebra al finalizar el baile y las coplas.

Así, Paquita y Nicanor realizaron al anochecer su último paseo por las calles de Seixalbo y antes de ser quemados "simbólicamente" fueron dados en acogimiento temporal. José Alberto Cid explica que los mecos no se queman, sino que se escenifica el ritual salvando finalmente a la pareja de la hoguera.

Con todo, el entroido de Seixalbo vive uno de sus mejores momentos, explica Cid, con un nutrido grupo de gente joven "muy participativa" que se ha involucrado en esta fiesta que comienza ya el domingo previo con el Oleiro y marca cinco jornadas de fiesta en el calendario. Los mayores del barrio se felicitan por esto ya que su deseo es "que no se pierda porque conservamos una tradición que nos legaron nuestros ancestros y es muy importante mantenerla".

Hoy vuelven a reunirse, a partir de las 17 horas, para enterrar la sardina y llorar el fin del entroido.

Compartir el artículo

stats