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Castro: "Los asesinatos son preocupantes, pero Ourense no es Chicago años veinte"

Mantiene la esperanza de que antes de que concluya su etapa al frente de la Subdelegación "se pueda resolver alguno de ellos o queden muy avanzados"

Puesta a disposición judicial de los sospechosos del asesinato del cura de Vilanova. // Brais Lorenzo

El subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro, admite que los casos de asesinatos sin resolver que se acumulan en la provincia, como el del cura de Vilanova, el de Socorro Pérez y la muerte de una anciana durante el asalto a una vivienda en Outomuro (Cartelle), al ver como encañonaban con un arma a su hijo, "son preocupantes, pero Ourense no es Chicago años veinte". Y mantiene "la esperanza" de que antes de que concluya su etapa al frente de la Subdelegación del Gobierno "se pueda resolver alguno de ellos o queden muy avanzados", en una provincia que se mantiene como una de las más seguras de España.

A pesar de que hay quien considera que pudo ser "precipitada" la detención de los dos croatas que pudieron estar implicados en la muerte del cura de Vilanova, Adolfo Enríquez, Roberto Castro sostiene que "había que hacer eso por cuestiones técnicas, de investigación, porque pudiera ocurrir que hubiera mayores dificultades posteriores". Y destaca que las fuerzas de seguridad "siguen trabajando, porque hay cuestiones por resolver", mientras ellos "están controlados". Y se muestra "optimista, sobre eso".

Considera que no hay riesgo de fuga de los dos sospechosos, porque "dentro de España están controlados y a nivel europeo hay una Interpol y una buena colaboración con la policía del entorno europeo". Pero además apunta que con una huida se estarían delatando, "no tendría sentido que escaparan sin tener nada que ver con los hechos", sobre todo en un Estado tan garantista.

Como contraste hay que destacar éxitos policiales, como la resolución del caso de los robos de ganado vacuno en granjas de la comarca de A Limia y el robo de joyas en 26 iglesias del rural, tras efectuar la detención de un ourensano y un rumano que forzaron la puerta del templo de Quintela de Leirado. Como anécdota de esta actuación hay que resaltar que también robaron dos cadenas de fantasía en la capilla de la Virxe da Madalena, ubicada en la parroquia de Santa Eufemia (Celanova), porque las de oro ya se las habían llevado años atrás y el cura no deja nada de valor allí.

Curiosamente, los detenidos no cogieron un billete de cinco euros y monedas de un euro que se encontraban en la caja de donativos.

A raíz de estos sucesos, Roberto Castro explica que se ha intensificado la vigilancia en el medio rural ourensano -la plantilla de la Guardia Civil, con más de 800 agentes, recorre tres millones de kilómetros al año-, por parte de las fuerzas de seguridad, con lo que persiguen un doble objetivo: disuadir a los potenciales autores y alcanzar mayor efectividad.

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