Familiares, amigos y compañeros del Partido Popular, entre ellos el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, asistieron ayer al entierro del que fue alcalde de A Gudiña desde 1987 -con mayorías absolutas desde 1992-, Guillermo Lago, "un bo e xeneroso", según lo describió Manuel Baltar.

El regidor, fallecido de un infarto fulminante durante una reunión sanitaria, el viernes, en el hospital de Verín, recibió sepultura en la iglesia de San Pedro de A Gudiña, después de que le fuera practicada la autopsia.

Ayer, el presidente del PP de Ourense, Manuel Baltar, lamentó la "pérdida grandísima" que supone el fallecimiento de Lago, "una noticia inesperada". "Fue una persona apoyada elección tras elección, sucesivamente, por sus vecinos" y "uno de los cinco o seis alcaldes que más tiempo llevaban en el cargo".

Tras su fallecimiento, el teniente de alcalde y número dos, su hijo, José María Lago, ocupará temporalmente el cargo a la espera de saber si se presenta como candidato y se procede a la elección del nuevo alcalde, según información de EFE.