Leonardo Lemos detalla que el Obispado "hizo el estudio pertinente" sobre la venta de los restos del monasterio de Santa Comba de Naves, con algunas tierras, "se comunicó a aquella zona, por si le interesaba realizar la compra a algún vecino, no hubo interés especial, y a través de terceras personas vino un comprador".

Dada la situación de precariedad económica en la que se encuentra la diócesis de Ourense, la política que sigue el Obispado, con Leonardo Lemos al frente, es "vender lo que quieran comprar", del patrimonio que ha ido quedando en desuso, "por un precio establecido mediante una tasación que se ajuste al valor real, dando siempre opción de compra a los vecinos del entorno". Y explica que de los fondos recaudados, "un porcentaje determinado" se dedica a mejorar la iglesia parroquial de la zona, si lo necesita. En caso contrario, se invierte en otra iglesia de la diócesis que se encuentre en mal estado. Y el resto, "queda para la sustentación del clero. Yo tengo que pagar a los curas todos los meses. Tengo que sostener a algunos sacerdotes ancianos. Tengo que pagarles la residencia en algún geriátrico, si no les llega la nómina del mes. Tengo que disponer de la nómina del mes. Hay que mantener un Seminario. ¿Usted que piensa, que el dinero viene de arriba? ¿Qué yo lo sacho en la huerta?".

Ante esta situación, el obispo de Ourense responde a la actitud de algún vecino que utilizó palabras inadecuadas en la reunión del domingo: "Ni robamos, ni somos ladrones, pero también es verdad que no podemos estar pagando a los concellos por mantener ruinas".

Leonardo Lemos advierte de que el Obispado de Ourense "tenía que ser más que multimillonario para mantener en buen estado todas las iglesias y capillas de la diócesis". Admite que "hay gente buenísima, pero se meten por el medio otros a revolver, porque insultar a la Iglesia les sale gratis".