Desde la Nochebuena de 2014, Eduardo L.F. y Óscar E.L permanecen entre rejas, en prisión preventiva. Para la Guardia Civil, los dos vecinos de Boborás son los principales implicados en el homicidio de Alexandru Walter Boghiu, un chico de nacionalidad rumana de 22 años que residía en O Carballiño, y cuyo cuerpo fue encontrado en un embalse, con signos de violencia. El juzgado de Instrucción Uno de esta localidad ha dado traslado a la Fiscalía para que haga un informe que podría dar lugar a la tramitación del caso por la ley del jurado. Un tribunal popular resolvería.

Presuntamente, la víctima fue arrojada al canal del río Viñao que discurre hasta la presa de Albarellos, donde fue hallado el cadáver. Tal y como reveló la autopsia, el joven seguía con vida cuando fue arrojado al agua. El fallecimiento se produjo por un ahogamiento.

El joven tenía lesiones en la cabeza y el rostro por la paliza previa. Los dos presos fueron detenidos junto a Brais P.V., un vecino de O Carballiño que quedó libre. Presuntamente, habría participado en una primera agresión al rumano pero se marchó antes de la bodega de Cameixa (Boborás), propiedad de Eduardo, donde los presuntos agresores y la víctima decidieron terminar la fiesta sobre las 5 de la madrugada, después de estar previamente en locales de ocio de O Carballiño. Habían bebido. La Guardia Civil asegura además que tomaron drogas. Bautizó el caso, resuelto en unos pocos días, como "Operación Esmorga".

El grupo llegó a la bodega para poner fin a la fiesta y allí se produjo una discusión porque supuestamente la víctima hizo una alusión sexual sobre la hija pequeña de uno de los implicados, y además realizó un ademán de orinar que los habría molestado, según lo que trascendió después de los arrestos.

En la puesta a disposición judicial en O Carballiño, los dos encarcelados confesaron golpes pero negaron haber arrojado al rumano al canal. En la primera discusión habría participado el arrestado que quedó libre. Al final, se quedaron solos en la bodega la víctima, Eduardo y Óscar. Los dos presos admitieron que se desplazaron en coche a las proximidades del canal. Eran las 9 o 10 de la mañana. Su versión es que la víctima se puso agresiva, comenzó otra pelea y la víctima tropezó y cayó fortuitamente al agua.

Este verano, el propietario de la bodega recurrió ante la Audiencia Provincial para pedir su salida de prisión, antes del juicio. La Fiscalía se opuso. En primera instancia, el juzgado de O Carballiño también había denegado la medida. Entendía que las circunstancias para mantener al hombre entre rejas no había variado con respecto a la decisión inicial. La defensa se basaba en las manifestaciones del segundo implicado a terceras personas, para argumentar que su defendido no habría intervenido ni en agresiones ni en el acto de arrojar a la víctima al canal.