En Galicia hay alrededor de 4.000 lesionados medulares y solo una unidad dentro de la red del Sergas, la de A Coruña, para su atención. Por unanimidad absoluta, el Parlamento gallego aprobó en septiembre de 2014 que las revisiones y consultas de los enfermos del sur de Galicia -que son mayoría- sean atendidas por un equipo multidisciplinar en el Álvaro Cunqueiro. Más de un año después, nada se sabe de ello. Con esta demanda como objetivo prioritario, un grupo de más de 30 afectados de toda la comunidad han constituido en Vigo la Plataforma de Lesionados Medulares de Galicia (Plalemga). Pero no es su única meta. Reclaman que se les considere enfermos crónicos y se les preste la atención médica y los servicios que como tal precisen, y que sea en su lugar de residencia.

La unidad de A Coruña no solo los atiende en la fase aguda -para ingresos y cirugías- sino que tienen que desplazarse hasta ella para las revisiones. "Tenemos que ir dos personas y entre autopista, gasolina y comida, gastamos 150 euros por una visita de 10 minutos", expone el presidente de la plataforma, emilio González y lamenta: "Hay gente que ya ni va". Además, cuando les surge una complicación -por ejemplo, sufren con frecuencia infecciones urinarias- se debaten entre costear el desplazamiento al norte -a veces, un día para las pruebas y otro para los resultados- o recurrir al Chuvi, donde el personal no está formado en los complejos cuidados de estos pacientes, con los riesgos que esto conlleva.

No piden que se cree una segunda unidad de lesionados medulares en Vigo, sino que la de A Coruña comparta su conocimiento, ya sea enviando una vez a la semana a especialistas para revisiones y consultas o formando a facultativos del Chuvi, que realizarían la labor dependiendo de ellos. Consideran que, teniendo ya todos los medios en el nuevo hospital, es la opción más barata.

También lamentan que son muy pocos -solo en aquellos casos con más posibilidades de recuperar movilidad- a los que se les pauta rehabilitación o fisioterapia. A Javier Yépez, tetrapléjico, se lo negaron. Sus padres le costean el fisioterapeuta y ha progresado en el movimiento de sus brazos. Son 630 euros al mes. Pero no solo lo consideran necesario para rehabilitar, sino para mantener la forma física. Simón González, el trece veces campeón del mundo de kickboxing, al que un accidente doméstico lo dejó parapléjico, destina casi 500 euros al mes. "Es algo que está al alcance de muy pocos. Imagina los que viven con una pensión, es una desgracia", reprueban. Proponen crear un protocolo de gimnasia de mantenimiento del tono físico. "Se hace en todos los países menos aquí", lamentan.

La plataforma nace con la voluntad de conectar a los alrededor de 4.000 afectados gallegos y sus familias, al objeto de informarlos y orientarlos, así como canalizar sus demandas. "Queremos ser referentes ante las distintas administraciones en la búsqueda de soluciones para nuestro colectivo", exponen y se refieren a barreras arquitectónicas, cuestiones de accesibilidad, actividades...

Otra de las cuestiones que les preocupa es el cuidado del estado emocional de los pacientes y la familia en la unidad de A Coruña, que "generalmente, se posiciona de forma muy negativa". No ponen en duda la calidad y profesionalidad del equipo, pero piden más apoyo, ya que lo que desean es mantener la esperanza. Así, en sus estatutos se ponen como meta lograr una "mejora radical de los servicios" y un "acercamiento del facultativo". Otros objetivos son lograr que asistentes sociales de hospitales y municipios se involucren en resolver la nueva situación informando y orientando de ayudas y actividades, o fomentar la terapia ocupacional en este área. Todos los interesados en sumarse a la plataforma pueden dirigirse a plalemga@gmail.com.