Las incesantes lluvias caídas en los últimos días y especialmente a partir de la madrugada de ayer en Ourense, han cambiado el paisaje urbano de la ciudad de As Burgas en cuestión de horas. Precipitaciones de hasta 80 litros por metro cuadrado obligaron a abrir las cuatro compuertas de la presa de Velle -algo inusual- para aliviar la gran cantidad de agua embalsada. Como consecuencia de esta medida, quedaron bajo el curso del Miño las instalaciones termales de A Chavasqueira, las Termas do Muiño, así como todo el recinto de la fuente de agua mineromedicinal de O Tinteiro, muy utilizadas para tratamientos por los agüistas. Ourensanos y visitantes se quedan así sin sus tratamientos termales.

Como efecto del temporal, no cabe registrar inundaciones ni daños en la vías del casco urbano, pero sí en la provincia, con problemas para circular por piedras y tierra en el kilómetro 560 a 565 de la Nacional 120 en Peares, y un corte total de tráfico de la OU-112 en Laza, a causa de un desprendimiento de piedras en la calzada. La circulación pudo restablecerse finalmente en esta zona a primera hora de la tarde de ayer.

La Dirección General de Tráfico informaba también a las 10 de la noche de ayer del corte total por desprendimientos de la carretera OU-1052 en Cerdedelo, también en el ayuntamiento de Laza. Al cierre de esta edición esa vía OU-1052 continuaba cerrada a la circulación rodada en ambos sentidos, a la altura del kilómetro 3, punto en el que se produjeron los corrimientos de piedras en la calzada.

Corte en la OU-112 en Laza

El desprendimiento de tierras detectado por miembros de Protección Civil de Laza se produjo de madrugada y fue localizado en torno a las 7.30 horas de ayer. En concreto, el desprendimiento impedía la circulación en este punto, según explicaron los efectivos de emergencias. Por ello, el personal del CAE 112 Galicia se puso en contacto con un equipo de limpieza y mantenimiento de la Axencia Galega de Infraestructuras (AXI), que consiguió liberar la calzada para que pudiera reabrirse al tráfico rodado.

Mientras cursos fluviales como el del Arnoia en Allariz y el Avia rebosaban, en la ciudad Protección Civil intensificaba ayer la vigilancia en las orillas del Miño para prevenir que posibles bañistas o paseantes pudieran acercarse a las pozas termales y a causa también de la llegada del agua del río a tramos del paseo peatonal por lo que se cerró la zona con bandas de advertencia.

Se salvó de ser anegado, por ahora, el complejo termal público de Outariz, por estar sus pozas en un tramo algo superior al de las otras instalaciones gratuitas, pero el paisaje era ayer desértico en la zona y en la ciudad. Las intensas lluvias dejaron Ourense vacía casi durante toda la jornada, pese a que los comerciantes esperaban que fuera inicialmente activa por tratarse del primer domingo de la campaña de rebajas que abrían los establecimientos comerciales, y el último de apertura dominical dentro de la campaña navideña.

La acumulación de agua en los terrenos es un problema que, según alerta el 112, puede seguir provocando problemas en las próximas horas, a causa del agua que ha quedado embalsada en los taludes de muchas vías provinciales, provocó ayer desprendimientos en la N-525, al paso por Ourense y San Cibrao das Viñas; en la N-120, en Nogueira de Ramuín y Ourense y en la OU-114 en Castrelo do Val, respectivamente. No cabe destacar daños personales, pero la DGT pide precaución ante el temor de que el agua embalsada provoque desprendimientos en otros tramos viales.