Antonio Dieter Moure afronta la campaña con ilusión y esperanza, pero también preocupado por la sensación de escisión en la patronal que ha trascendido estos días. Asegura que si gana procurará un acercamiento que ya garantiza si pierde. "Yo lo que quiero es el bien de la CEG pero no voy a ser un palmero. Si en algo no estoy de acuerdo, expresaré mi opinión", explica. El lunes presentará su programa electoral en el hotel Puerta del Camino de Santiago, pero ya avanza que se centrará en la aprobación de un código ético que regule las actuaciones de los miembros de la junta directiva, y sobre todo de los miembros electos de la CEG "para que no vuelva a suceder lo de etapas anteriores y las personas vinculadas no puedan prestar servicios y servirse de la CEG, sino servir a la CEG". Rechaza que un presidente provincial presida la gallega, situación que se daría con Pérez Canal en el caso de ganar y que Moure considera "incompatible". Propone también una reforma de los estatutos para dar mayor presencia a sectores emergentes y a los jóvenes empresarios: "Son el futuro de la CEG y tienen que estar ahí". En el aspecto económico promete hacer "una valoración seria de la entidad y en base a ella un diagnóstico de la CEG que podemos sostener. Hay un problema económico y de representatividad. Me duele que se hable de la CEG por deslealtades y enfrentamientos y no por proyectos y apoyos a las empresas". Y aprovecha para lanzar un mensaje a su adversario: "La CEG tiene un serio problema económico siendo él presidente de la comisión de economía, entonces la gestión económica no es culpa nuestra. Que quien estropeó el tema lo venga a arreglar es, cuando menos, algo sospechoso".