-¿Cuál ha sido el día más feliz de su vida como músico?

-De eso me he dado cuenta más tarde. Fue lo que representó haber tocado con Los Ramones. En aquel momento, no me daba cuenta. El hecho de tocar con Los Ramones, abrió la puerta para que Los Suaves siguiera tocando a lo largo de más de tres décadas. Esa fue la explosión inicial en la historia de Los Suaves, aunque yo no lo percibiera en aquel momento. Entre los momentos más emotivos, está el concierto que realizamos en la playa de Riazor, en el que hemos metido 80.000 personas. Hubo otros conciertos memorables, en sitios pequeños, con la gente entregada, cantando las canciones y la sintonía inicial del grupo. A parte de otros eventos, como las 20.000 personas que hemos metido en Bilbao.

-¿Tuvieron alguna jornada triste o dramática?

-Sí que hubo? No lo voy a decir, porque lo he olvidado.

-¿Hubo lágrimas?

-No, las lágrimas siempre son de emociones o de pérdidas. Lo otro es de cabreos.

-¿Ha sido difícil pelear desde Ourense?

-Nosotros estamos orgullosos de sentir nuestra ciudad, convivir con nuestros vecinos, ganar dinero fuera para gastarlo aquí. En los años noventa, la compañía Universal nos propuso que fuéramos a vivir a Madrid, que "nos iría mejor". Y no hemos ido. Pero no hubo ningún reproche, por la decisión que hemos adoptado. Quedamos en Ourense, porque ya estaba bien de optar por la emigración. Los ourensanos llevaban cientos de años emigrando, por lo que alguien tenía que quedarse. Yo tengo un abuelo que falleció en Estados Unidos emigrado, otro vino de Cuba y falleció a los 31 años.

-¿Cómo va a ser el día después, cuando desaparezca la banda dentro de once meses?

-Yo voy a seguir con mi pasión, que siempre ha sido la música. Tengo mi programa de radio en la gallega y mis cosas, que tienen que ver con la música. -¿Realizará alguna composición?

-No lo sé, es posible, pero serían cosas instrumentales.