Su papel de Felicia, en la obra "Priscilla, Reina del desierto" , que se está representado en el teatro Nova Alcalá de Madrid y en el que da vida a una "drag queen" alocada que, con otros dos amigos transformistas, emprende un viaje desde Sidney, atravesando Australia para participar en uno de su números musicales, le ha granjeado al barquense Christian Escuredo, el premio Broadway World Spain 2015 , al mejor actor principal de teatro musical elegido por votación del público. Pero este premio quiere ser además una luz de esperanza para esos "Billy Elliot" que temen que su talento quede opacado por haber nacido en una remota aldea sin recursos formativos. Christian Escuredo es el ejemplo del artista que, sin herencia escénica familiar alguna, inició desde su O Barco natal una singladura formativa que empieza a cosechar el éxito.
- ¿Cuándo surge esa fuerte inquietud interpretativa y musical en un niño de una pequeña aldea sin herencia familiar alguna?
- Siempre tuve un enorme pasión por la música, versionaba a Beatles y otros con mi guitarra, pero fue una profesora de ESO la que me animó a matricularme en el Conservatorio. Ese fue el primer paso. Luego me trasladé a Valladolid para hacer Magisterio Musical, con la idea de cursar Musicología, pero ya me había inscrito en el el grupo de teatro universitario y ahí empezó el gusanillo.
-¿Y cómo consigue canalizar esa nueva querencia por la interpretación a tanta distancia de los centros formativos especializados?
- Rematado Magisterio regresé a Galicia y me matriculé en Arte Dramático al tiempo que comencé a trabajar con producciones de Teatro de Noroeste, Centro Dramático Galego entre otros y a hacer las primeras incursiones en cortos y cine.
- ¿Cómo deriva su carrera en el género del teatro musical?
- Es que a mi además siempre me gustó canta y como ya había visto el gran potencial de los los musicales, me puse las pilas y comencé a dar clases de baile con 18 años porque el cuerpo también es un instrumento interpretativo y como tal hay que educarlo.
-¿ Se esperaba que tantos años de formación culminaran con el premio Broadway World que además otorga el público, y el de los propios compañeros del género?
- Fue fantástico porque ese premio se otorga por votación del público que, primero hizo una criba entre más de un centenar de actores de producciones musicales que se estaban representando en España en 2015, seleccionaron nominados, uno ellos yo que finalmente fui el elegido en una segunda y última votación. Es muy gratificante que el premio sea otorgado por el público, al igual que lo fue el haber recibido el premio al actor revelación en los galardones que otorga la profesión, es decir los propios actores de género de teatro musical de España.
- ¿El género musical sigue siendo el gran desconocido en este país?
-Y eso pese a que España es la cuarta potencia mundial en número de producciones de teatro musical. Es el país que más invierte y el que más recauda. Hay una larga trayectoria pues de hecho la zarzuela fue ya un género de teatro musical. En el caso de e "Priscilla, reina del desierto" lleva desde octubre de 2014 que estrenamos, más de 300.000 espectadores.
- ¿Quién es Felicia, el personaje que usted interpreta?
-Felicia es el más joven de los tres "drags" que emprenden ese viaje desde Sidney atravesando Australia. Es el más joven, descarado y sin perjuicios, porque nació en un entorno social en el que todos aceptaban su homosexualidad. Sin embargo en el momento en el que salen de Sidney se da cuenta de que no todo el mundo es igual ni lo acepta del mismo modo. Felicia empieza a quitarse sus propias capas y a crecer como persona.
- ¿Por qué cree que ha conectado tanto con el público este personaje?
- Porque es un viaje no solo profesional y personal sino espiritual, un "road trip" . Felicia parece alguien superficial pero empieza a descubrirse a lo largo de ese viaje como personal, al tiempo que lo hace el público, con el que empatiza mucho. En Felicia hay también paralelismo con mi propia vida.
- ¿Qué tipo de público va a ver la obra de teatro que usted protagoniza?
--Veo desde padres a hijos, porque la obra no deja de ser una lección; gente mayor, jóvenes, gays,. no gay. Es un público heterogéneo pues aunque los personajes sean unos "drags", que están como una regadera, hablan de algo que todos experimentan en lo personal. Funciona muy bien el boca a boca. todos repiten. Hay comunión con el público y la representación termina en una fiesta.
-Ese viaje que, al igual que su personaje, Felicia emprendió usted hace años desde su Barco de Valdeorras para desarrollar su faceta intepretativa ¿le ha alejado de su aldea natal?
-Todo lo contrario. Tengo una casa en mi pequeña aldea de O Barco. En Valdeorras está mi familia y cuando regreso piso firme. El trabajo, los premios, el éxito o el fracaso, todo es efímero; pero las raíces no y están en O Barcode Valdeorras
- Después de ser elegido como el mejor actor principal de teatro musical de España, ¿se va a especializar en este género?
- Este premio ha sido reconocimiento a a mi trabajo, pero no va a cambiar nada. Seguiré trabajando e involucrándome con ilusión en todos lo que hago y abierto a todo tipo de proyectos compagino otras obras con Priscilla y sigo formándome en diversos cursos. Esta profesión es una continua búsqueda y yo disfruto con ella.
