La Diputación provincial recuperó ayer la normalidad en la celebración de los plenos en los que se había instalado la crispación. La sesión se celebró sin incidencias y con la presencia de todos los grupos que en sesiones anteriores habían plantado o simplemente no acudido. En dos ocasiones los tres grupos de la oposición abandonaron el debate iniciado ante la negativa del presidente a dar explicaciones sobre la denuncia que una mujer interpuso contra él o por impedir el acceso de militantes del PSOE y del BNG al salón de plenos. A la sesión extraordinaria del 3 de noviembre en la que se debatía la reprobación de Baltar no se presentó éste ni los 14 diputados del PP, por lo que fue reprobado.

Baltar ha reiterado que la denuncia es un asunto de índole personal sobre el que la Diputación no tiene competencias por lo que no aceptará que se trate en el pleno. En las comisiones informativas previas se rechazó la moción del BNG sobre esta cuestión y a las preguntas alusivas en al final de la sesión se comprometió a responder por escrito. De esta forma, y aunque en un clima de frialdad y tensión, el pleno se celebró ayer con normalidad.

Así, entre otros acuerdos, el grupo de gobierno aprobó en solitario el Plan Estratéxico de Subvencións da Deputación de Ourense e do Inorde en el que se planifica a largo plazo las ayudas que se concederán desde 2016 a 2019. El programa se estructura en siete líneas de actuación que son la cooperación, las entidades locales, el fomento de la cultura, la educación, el deporte, el bienestar social, el desarrollo económico y el asociacionismo vecinal. También con el rechazo del PSOE y del BNG y la abstención de Democracia Ourensana se aprobó el plan de ordenación de los Recursos Humanos para 2016 con los cambios que introduce la RPT. La única modificación que requiere medidas es la de supresión del Servizo de Cooperación, al ser preciso establecer mecanismos de asignación de los nuevos puestos para los empleados públicos titulares de los puestos suprimidos.