En la última campaña especial de la Dirección General de Tráfico, desarrollada entre el 14 y 20 de diciembre, el Subsector de Ourense llevó a cabo una media de entre 8 y 10 controles diarios en toda la red provincial. Pero la vigilancia de la seguridad vial se extiende por todo el calendario y alcanza a todo el territorio, con dispositivos en vías de alta capacidad, nacionales y vías comarcales. "Hasta en la carretera más recóndita aparece una patrulla. La posibilidad de un control en cualquier lugar y en cualquier momento hace que la ciudadanía esté alerta y, al final acaba modificando la conducción, que es un hábito", razona el alférez de la Guardia Civil de Tráfico, Juan Carlos Nogueiras.

"Nunca se debe caer en la autocomplacencia, pero hay que destacar que en Ourense hemos sido pioneros en los dispositivos operativos masivos, de alcohol, drogas y velocidad", incide el agente. Según datos de la DGT de mediados de este mes, casi 2.000 conductores habían sido multados por positivos en alcohol y drogas en las carreteras de Ourense. Los primeros ya solo representan el 1% de las pruebas -unas 130.000 al año-, frente al 3% de hace pocos años. Los segundos continúan en escalada, pese a que en la ciudad no se vigila porque el Concello no ha adquirido el equipo y por la escasa plantilla de la Policía Local. Desde enero han sido sancionados en Ourense más de 625 conductores por consumir drogas y, a pesar de ello, conducir. La mayoría de positivos, por hachís o cocaína. Casi el triple que en 2014. Estas son sanciones firmes, cerrada la fase de alegaciones, pero el número de detecciones de este año supera ya los 800, según fuentes de Tráfico. A diferencia de la leve tolerancia con el alcohol, la mera presencia se sanciona: son 1.000 euros y 6 puntos.