El comisario Amable Valcárcel quiere localizar al agente o agentes responsables de la filtración que, en febrero de este año, reveló la desaparición de 6 pistolas en el armero de Comisaría, aunque con un escrito de trazo grueso en el que se hablaba de tráfico de armas y se vinculaba incluso una de las desaparecidas con el atraco mortal de Vigo en el que falleció una compañera. Fue descartado de inmediato por la Comisaría. El anónimo cargaba las tintas contra los mandos, a quienes acusó de desatención. Una investigación interna concluyó que fue redactado en un ordenador del aula de informática, y enviado posteriormente desde un dispositivo aprovechando una red wi-fi. La identidad del autor aún no se conoce. La UDEV ha retomado el caso y las diligencias están en un juzgado distinto. La Comisaría de Ourense sostiene que aquella acción constituyó delitos, como injurias, y que las pistolas fueron ocultadas por la misma persona. Aquella revelación no fue la única que salió de dentro. Meses antes, en noviembre de 2014, otro anónimo atrajo la atención de Asuntos Internos, marcando el comienzo de la operación que un año más tarde se llevó por delante al grupo antidroga por el trato con confidentes. En el inicio hasta 13 policías tuvieron el teléfono "pinchado". Que la investigación partiera de "chivatazos" internos quizá de un mismo agente, envileció el clima interno.

"Todo el peso de la ley"

Ayer, el responsable del SUP en Galicia, Roberto González, se sumó al afán de los mandos de hallar al autor de "una filtración malintencionada, dañina y falsa. Que sea identificado y todo el peso de la ley caiga sobre él".