Siete personas comparecerán esta tarde ante el juez Leonardo Álvarez para declarar en calidad de testigos en la causa abierta por la relación presuntamente delictiva entre confidentes y el antiguo grupo antidroga, y con una segunda derivada del caso que busca esclarecer la desaparición, en dos ocasiones, de un total de seis armas almacenadas en el búnker de la Comisaría de Policía Nacional de Ourense. Entre los citados hoy se encuentran agentes de distintas unidades así como el secretario de la demarcación, que es el número tres en la cadena de mando y una de las personas que tenían llave del armero.
La ronda de siete declaraciones de esta tarde abre una fase importante de la denominada "Operación Zamburiña", tras los primeros interrogatorios a detenidos y con la decisión del magistrado de enviar a prisión a tres presuntos traficantes. Los interrogatorios se retomarán mañana, con la comparecencia de varios investigados que aún no habían ofrecido su primera versión ante el magistrado de Instrucción Número Uno.
Será el turno de los dos agentes de la antigua brigada de estupefacientes que no fueron detenidos cuando estalló la operación de la Unidad de Asuntos Internos. Casi una veintena de efectivos de la unidad de Madrid desembarcó en la Comisaría y practicó hasta la fecha unas 15 detenciones. Cayeron el exjefe del grupo de estupefacientes y el agente de la unidad que más experiencia atesoraba. Los investigadores apresaron además a presuntos traficantes que tenían libertad para operar a cambio de dar "chivatazos" a los policías. Se decomisaron 8 kilos y medio de cocaína, heroína y hachís. Como subraya el Sindicato Unificado de Policía (SUP), implicado en la defensa de los 4 compañeros investigados, a ninguno se le encontró ni dinero, ni objetos de valor ni ninguna sustancia. "Buscaban una organización criminal de narcotraficantes con Policías a sueldo. Como no había ni hay nada de eso y había que zanjar más de un año de trabajo, se llevó a cabo una operación totalmente desmedida".
La unidad había logrado importantes operaciones, con varias incautaciones de kilos de cocaína, heroína y hachís. Uno de los agentes investigados recibió una medalla en el último patrón policial y el exresponsable del grupo fue propuesto por la Comisaría y la Jefatura Superior de Policía, aunque bloqueado en Madrid sin que su entorno ni siquiera los mandos provinciales entendieran por qué. Su arresto en el caso, semanas después, lo dejó claro.
Los dos policías que fueron detenidos están en libertad provisional y suspendidos de funciones cautelarmente. Sus dos compañeros también investigados, los que declaran ante el juez mañana, se encuentran de baja. El grupo ha sido reestructurado con una convocatoria interna, saldada por la vía rápida. Tras 15 candidaturas, los comisarios eligieron a un oficial, tres policías de escala básica y, como jefe, al responsable hasta el momento de coordinar el servicio nocturno de la Comisaría de Ourense. La nueva brigada se estrena en enero.
