Tres hombres participaron en el robo en el edificio parroquial de San Pío X, en Mariñamansa, la madrugada del 8 de marzo de 2013. Pero solo uno de ellos se sentó en el banquillo. Los otros dos están declarados en rebeldía, en paradero desconocido y situación de busca y captura. El único responsable aceptó ayer una condena de 1 año de cárcel. El sacerdote renunció a la indemnización a la que tendría derecho como perjudicado.
André F. F., de 32 años, es el único que pagará el delito, hasta que la justicia no localice a sus cómplices, C. S. y S. P., de 29 y 34 años, ambos de nacionalidad rumana. Como se considera probado, los individuos saltaron la valla exterior que da acceso a la Iglesia de San Pío X y forzaron la puerta de hierro por la que se llega a la sacristía. Los ladrones se llevaron unas ánforas de plata y el dinero de los portavelas, que forzaron.
A continuación atravesaron la iglesia para llegar al edificio parroquial, anexo al templo. También se encuentra allí el domicilio del sacerdote. Los delincuentes violentaron la puerta del despacho del religioso, ubicado en el segundo piso. Después subieron al tercer piso e intentaron forzar una de las viviendas.
Escondidos debajo de cajas
Al ser descubiertos por el cura, intentaron refugiarse en el desván de la casa parroquial. La Policía Local se personó en el lugar de los hechos y localizó a los presuntos ladrones escondidos debajo de unas cajas de cartón. Llevaban encima un cincel, una linterna, un martillo, unos guantes y el único juzgado por estos hechos, una braga en el cuello. Al lado de donde trataron de ocultarse los ladrones había un bolso con unos calcetines y una linterna. También fueron recuperadas las ánforas sustraídas dentro de la iglesia.
Tal y como fue certificado en la fase de instrucción, los ladrones ocasionaron desperfectos materiales por importe de 360,58 euros. Ese es el derecho a indemnización al que decidió renunciar el párroco.
