Agricultores y bodegas de O Ribeiro están preocupados por el futuro del sector que cada vez va a menos tanto en producción como en hectáreas trabajadas, y por supuesto en su economía. Una situación que les ha llevado a que pidan ayuda a quien consideran una persona que siempre les ha escuchado y echado una mano, Luis Milia, alcalde de Carballeda de Avia y quien en su día fue presidente del Consello Regulador. Precisamente, el regidor ya inició reuniones con algunos de ellos en Cenlle, Castrelo de Miño, Arnoia, y piensa convocar personalmente a todos los alcaldes de la comarca para "que den la cara y salvar la D.O. Ribeiro".

De "dramática" califica Milia la situación del sector del vino en O Ribeiro, y lo avalan los datos de los últimos 15 a 20 años. Como ejemplo, comenta que entonces la D.O. tenía unas 3.500 hectáreas aproximadamente y en 20013 bajó a 2.800 pero que actualmente se redujo a unas 2.000. O que antes había unos 6.000 agricultores y ahora menos de 3.000.

Milia recuerda que en 1995 hubo el fraude de las contra etiquetas de O Ribeiro, y "me llamaron del sector industrial para que yo ayudara", y tras ver las botellas y saber dónde se vendían denunció ante la justicia ya que "nadie se atrevía, y después se sumaron sindicatos y el Consello Regulador".

Ya en el año 2005, "la situación no era buena" y recuerda que fue él quien llevó la ofrenda en la Fiesta del Portal de Ribadavia, y en su intervención "pedí ya medidas y ni caso". Y viendo que la situación se volvía cada vez más crítica optó por llevar una moción al pleno de Carballeda de Avia, que se aprobó por unanimidad, y se la remitió a todos los concellos de la comarca, al Consello Regulador, al presidente de la Xunta y a los sindicatos, pero "ninguna respuesta", lamenta.

En esta moción de 2013 destacaba que de todas las denominaciones de origen de la provincia la D.O. Ribeiro era la más importante "con diferencia", con 6.054 viticultores, 2,842 hectáreas, 101 bodegas, por lo que el impacto socioecómico del sector en la población era de suma importancia para una comarca, en la que otros sectores como la fabricación de ataúdes o la explotación de piedra registraban decadencia. Y siendo las pensiones de Galicia una de las bajas de España, el vino se convertía en "un colchón de amortiguación" de la economía de la zona.

Milia destacaba en su moción que en los últimos años el sector se empobreció muchísimo por falta de un contrato homologado, donde el precio que se paga por las uvas es muy por debajo de los costes de producción. Recuerda que en los años 90 el presidente del Consello Regulador se nombraba a dedo pero se consiguió que hubieran elecciones y "yo fui presidente y conseguí un contrato homologado, el primero de España".

Pero la falta de éste en los últimos años vuelve a ser la gran demanda del sector, que se ve a las puertas de la decadencia y del abandono de muchos más viñedos en una comarca que ante la falta de un precio justo a su trabajo en los últimos 20 años ya había perdido, en 2013, un 40 por ciento de su población

Y ante el llamado de un grupo de viticultores y bodegueros que una vez más piden su ayuda, Milia ya mantuvo las primeras reuniones. Comenta que en Cenlle un agricultor le expuso que antes ingresaba 25.000 o 30.000 euros y hoy vendiendo la misma producción ingresa solo 10.000, que no le da para pagar los gastos y sobrevive gracias a lo que hizo en su etapa de emigrante.

En Castrelo de Miño otro le comentó que lleva tres años sin cobrar la cosecha, y saca de su pensión y la de su mujer para comprar el sulfato, por lo que quiere abandonar.

Milia alerta de que cada vez se abandonan más viñedos y la D.O. pierde más hectáreas de producción, y la gente joven se marcha ante esta realidad, con la consiguiente pérdida de población.

Dice que las bodegas también están preocupadas porque las ventas bajaron, viéndose obligadas a descalificar el vino, como "de mesa", para poder vender. Destaca que son 7 millones de botellas, "cantidades pequeñas y a pesar de eso no se vende". Lamenta que el sector productor "vive mal porque los precios van bajos".

Milia recuerda que desde los años 90 está peleando por este sector, y una vez más lo volverá a hacer ante la petición de gente desesperada que saben que "yo vengo trabajando duro por ellos".